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Los datos son parte de un diagnóstico sobre “La transformación dinámica del empleo en Paraguay”, estudio cuyos resultados fueron presentados ayer por el Banco Mundial (BM) en el hotel Granados ante autoridades nacionales, representantes empresariales, sindicales y organizaciones sociales.
El trabajo realizado por Elizabeth Ruppert Bulmer, economista líder del Grupo de Empleo del referido banco, explica que entre 2008 y 2015 se crearon 372.000 empleos formales y 179.000 informales.
Expresa que la mayor parte del crecimiento del empleo se concentró en el comercio, representando 40%; seguido de los servicios públicos con el 20%, y luego por sectores de manufactura, otros servicios, finanzas/bienes raíces y la construcción.
Añade que así como crecieron los empleos, aumentó la productividad, con un promedio de 2,3% anual, liderado por el sector agrícola en la primera parte de la última década, a lo que se sumaron servicios de transporte, comunicaciones y finanzas.
El estudio indica que se proyecta entre 2015 y 2030 que la población económicamente activa aumentará en 990.000 trabajadores y se necesitarán 66.000 nuevos puestos de trabajo cada año, lo cual es posible si se mantiene la tasa de crecimiento anual en un 3,7%.
El análisis, sin embargo, advierte que si bien existen mejoras significativas en los resultados laborales, el continuo predominio del empleo informal de baja productividad y bajo nivel de cualificación plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad de la trayectoria de crecimiento futuro.
Sostiene que los trabajadores rurales están migrando a empleos más productivos en zonas urbanas, pero muchos de ellos están en los sectores de comercio, construcción u otros servicios, lo que sugiere solo una ligera mejora en la productividad del trabajo y, destaca, que si bien los niveles educativos están mejorando, la calidad es deficiente limitando las posibilidades de mejorar la productividad laboral.
Añade que la preferencia por empleos públicos podría atenuar el aumento de la productividad en el futuro si los trabajadores más cualificados del país no se vuelven innovadores e ingresan o crean empresas con alto potencial de crecimiento.