"En el mundo no existe ningún mármol que sea superior al paraguayo; pueden existir iguales, pero no mejores. Eso es categórico", fue la afirmación del Ing. Alberto Zacur (de 80 años), quien en 1964 descubrió yacimientos de mármol en cerros situados en la confluencia de los ríos Paraguay y Apa, en el norte de Concepción.

El Ing. Zacur explicó que la calidad del mármol se determina por la granulometría de la piedra caliza. Los granos del mármol existente en nuestro país son extremadamente finos, lo que refleja la calidad de los mismos. A esto se agregan las diferentes tonalidades, con 21 colores registrados hasta el momento.

La aseveración del Ing. Zacur, en torno a la calidad del mármol paraguayo, también se basa en investigaciones realizadas por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, la Feprinco y sobre todo del Instituto Tecnológico de Georgia, Estados Unidos, cuyos especialistas llegaron a nuestro país a mediados de la década del 70 del siglo pasado.

Las investigaciones tuvieron como centro un área de 100 hectáreas, donde estaban ubicados cuatro cerros, con yacimientos comprobados de mármol. Los técnicos de Georgia estimaron el valor de la mina en 30 millones de dólares, en apenas esas 100 hectáreas. La explotación comercial podría generar divisas en función al uso que se otorgue a la piedra, hasta llegar a límites inimaginables.

Zacur intentó explotar la cantera de mármol. Llegó a montar una fábrica y a construir un equipo para cortar trozos de la piedra caliza. Viajó repetidas veces a Italia y se llegó a comprar accesorios avanzados para explotación de mármol.

¿Qué pasó, por eso no se supo nunca más nada de la explotación de mármol en el país? El Ing. Zacur explicó que "Manfredo Ramírez Russo se apropió de mi cantera. Con el grupo COMDESA me estrangularon económicamente, hasta quedarse con la fábrica. Recurrí a medio mundo, al Gral. Stroessner, al Gral. Rodríguez, al ministro Samaniego, pero corría la fuerte versión de que Gustavo Stroessner estaba interesado en quedarse con el negocio del mármol, que al final todos me dieron la espalda".

La historia de la explotación de mármol quedó en la nada: Zacur perdió la concesión, se quedó sin la fábrica y el mármol sigue enterrado en los cerros de Concepción.

Pero no todo quedó en la nada, lamentablemente. Uno de los mejores mármoles del planeta se utiliza, pero en la fabricación de cal. Por increíble que parezca, los yacimientos de caliza tienen como único destino los rudimentarios hornos para elaborar cal. Para colmo de males, en las canteras se utiliza dinamita para la extracción de piedras y la onda expansiva resquebraja las vetas de mármol.

La piedra caliza, de la cual solo extraemos cal, tiene por lo menos 20 derivados de gran valor económico, como la cal agrícola, artesanía de mármol, carbono de calcio, granulado para mosaicos, cal química, carga para pintura, entre otros.

En opinión del Ing. Zacur, la Industria Nacional del Cemento (INC) es la gran responsable de la destrucción de los yacimientos de mármol. Al respecto, dice: "INC tiene todo lo necesario para promover el uso de piedra caliza, pero no hace nada. No mueve un solo dedo para generar riquezas. Se limita a producir cemento y con su desidia termina siendo cómplice de la pérdida de los yacimientos de mármol. Sus directivos no son capaces de mover el trasero para ayudar al país a salir adelante.

Como ejemplos del uso de mármol paraguayo mencionó que se instaló en el Ministerio de Hacienda, en la Embajada Francesa, en el Banco Unión. Así también dijo que los despilfarros se dieron en el Palacio de Justicia, donde se invirtió 2,5 millones de dólares en la compra de mármol brasileño, de cuarta calidad. Lo mismo sucedió en el Banco Central, con la adquisición, a través de una firma uruguaya, de 5 millones de dólares mármol de pésima calidad. "Aquí tenemos el mejor del mundo, pero compramos material de cuarta para beneficiar a terceros", dijo.

El diálogo con el Ing. Zacur produce una sensación incómoda. Por un lado, la satisfacción de saber que el país dispone de importantes yacimientos de mármol de excelente calidad, y por el otro, la indignación de saber que estamos destruyendo recursos naturales de extraordinario valor para hacer cal, que encima es de pésima calidad por la utilización de técnicas obsoletas.

¿Cuánto pierde Concepción y el país con la destrucción del mármol? ¿Cuánto genera la elaboración de cal, por eso se opta por destruir los yacimientos de mármol? ¿No es hora de poner freno a la depredación de piedra caliza, que figura entre las mejores del mundo? Estas son preguntas que requieren respuesta de las autoridades departamentales.

Meses más o meses menos, la ruta será construida. Brasil ofreció financiamiento, la Industria Nacional del Cemento pagará parte de la obra, ¿pero quiénes serán realmente los beneficiados? Concepción y sus habitantes tienen una oportunidad histórica para prepararse ante el ingreso inminente de Brasil en el departamento. Deberán hacerlo para velar por sus intereses futuros. Los concepcioneros son depositarios de lo último que resta en pie de una Región Oriental devastada.


Roque González Vera
Telmo Ibáñez (corresponsal)