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De acuerdo a lo señalado por la empresaria, en el mercado paraguayo existen seis marcas de ají picante, todas extranjeras, por lo que el desafío era grande.
No obstante, apostaron a ganar la confianza de los consumidores, ofreciendo una salsa de muy buena calidad y sabor, según afirma la empresaria. La salsa ya puede adquirirse en algunos supermercados, pero todavía no se hizo un lanzamiento oficial del producto.
INVERSION
La instalación de la nueva línea de envasado de la salsa picante requirió de una inversión de 40.000 dólares. Además, el nuevo producto es el resultado de varios años de experimentación con cultivos propios del ají picante y la elaboración de la salsa hasta obtener el sabor, color y consistencia que, consideran, serán del agrado del consumidor nacional y extranjero.
La empresa tiene actualmente una parcela de cinco hectáreas con ají picante. La preparación es mediante un proceso natural, emplean sal, y tiene un periodo de maduración de un año.
Como es tradicional en nuestra empresa, todo el proceso es natural, no empleamos aditivos, conservantes ni colorantes. Hacemos un seguimiento al producto desde la chacra hasta la elaboración y comercialización. El próximo paso es la elaboración de una salsa kepchup, explicó Beate de Kress.
La salsa de ají picante se suma a las líneas de los jugos naturales Frutika, que se venden en el mercado interno, Europa, EE. UU. y en el mercado judío, la miel de abeja, aceites esenciales, mermeladas, el extracto y la salsa de tomates. Estos últimos fueron lanzados al mercado nacional el año pasado.