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1. Se construyó un camino de 2,7 kilómetros, con autorización del MOPC, ampliando una servidumbre de paso existente.
2. El camino que cruza el campo comunal cuenta con alcantarillas para permitir el paso del agua de lluvias.
3. La fumigación aérea se realiza con productos certificados por Senave, que no son dañinos para la fauna.
4. El pueblo de Primero de Marzo se encuentra a seis kilómetros del arrozal, por lo tanto no puede ser afectado por ninguna fumigación.
5. El alambrado en la orilla del Yhaguy ya no existe, fue levantado.
6. El portón ubicado sobre el puente será retirado de la ribera, pero seguirá con candado por motivos de seguridad.
7. En el año 2017 se aprobó la licencia ambiental para la explotación de arroz. Se tienen los permisos para trabajar.
8. La playa sigue funcionando como tal, no dejó de existir porque se construyó un puente.
9. La bomba de succión funciona con permisos respectivos y no se utiliza cuando el caudal está bajo. El arrozal cuenta con reserva de agua para estos casos.
10. Los pescadores siguen realizando sus actividades con normalidad. El candado en el puente no impide que puedan pescar.
11. Un domingo de verano pueden agruparse 500 personas en la playa sobre el Yhaguy. No es necesario que ingresen en el arrozal para disfrutar del río.
La señora Secundina Sosa reconoce que el conflicto con la arrocera sirvió como elemento para impulsar el proyecto de ley.
La pregunta clave: ¿Es razonable extender un problema puntual a lo largo de 200 kilómetros?
Víctor Benítez, asesor ambiental del senador Fernando Lugo, defensor del proyecto, sostiene que esta ley servirá de blindaje para la protección del Yhaguy, porque “las leyes actuales no son suficientes”.
En fin...