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“Hay gente que sigue sembrando porque ya tiene la semilla tratada y no puede venderla en forma comercial. Entonces lo planta para no perder la semilla; si no, no plantaría más porque la época ya pasó”, dijo Zoz. Hace poco más de un mes se dio inicio a la campaña triguera 2017 en el local de la Cooperativa Naranjito Ltda., departamento de Itapúa.
El productor explicó que a la par que se hace la siembra, la cooperativa realiza nexos comerciales a nivel internacional, un tarea que se ha vuelto dificultosa. Recordó en ese sentido que Argentina recuperó sus niveles habituales de producción de trigo y gana terreno en el mercado brasileño. “Se nota la menor participación que estamos teniendo porque Argentina recuperó áreas de siembra y comercialmente hablando.
Entonces, en Brasil hay más oferta de producto y empieza a reducir el precio para Paraguay a pesar de que tenemos un trigo de mejor calidad”. Agregó que muchas veces los brasileños prefieren comprar el trigo argentino que les llega en puertos en barcazas y de ahí lo llevan a sus molinos. En tanto que la producción paraguaya llega en transporte terrestre, demora más en cruzar la frontera por causa de la huelga de aduaneros de la Receita Federal, que ya se extiende por un año por reclamos de aumento salarial, dejando pérdidas a Paraguay.
De esta manera, el trigo paraguayo se enfrenta a la recuperación de su competidor habitual, el agro argentino, a lo que se suman las dificultades de logísticas en zonas de frontera y la situación climática que será causal de que este año la siembra disminuya un 25%, afirmó Zoz.