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Según Boidanich, las operaciones de giros electrónicos sin un buen respaldo o sistema preventivo, facilita la proliferación de delitos como el financiamiento al terrorismo o lavado de dinero. Por esta razón, considera que es preferible que las transacciones de giros que manejan las telefónicas se canalicen a través de una entidad financiera, ya que esto también dará garantía al cliente sobre el destino de su dinero.
Señaló esto ante nuestra consulta sobre un proyecto que encara la Superintendencia de Bancos (SIB) para reglamentar las operaciones de dinero electrónico, billetera electrónica y otros a los cuales denomina Empes (Entidad de Medio de Pagos Electrónicos).
Boidanich acotó que las remesadoras están supervisadas por la Seprelad y que hay normas específicas para este tipo de transacciones entre las cuales están incluidas las telefónicas, e incluso se incluyó un artículo dentro del proyecto de la SIB sobre el umbral que deben manejar estas remesadoras. No obstante, contar con el soporte de una entidad financiera hará que la operación sea más confiable en todos sus procesos, agregó.
Por su parte, la Asociación de Empresas Financieras (Adefi) manifestó su inquietud respecto a dicho proyecto, ya que considera que el servicio de dinero electrónico ofrecido a través de teléfonos celulares representa una competencia desleal para los bancos y las financieras, porque las compañías de telefonía móvil sacarán provecho sin ajustarse a las exigencias prudenciales del BCP.
Reglamento de Empes
De acuerdo con el proyecto de normativa, las compañías de telefonía celular podrán realizar servicio de pagos, cobranzas, canalización de transacciones bancarias, billetera electrónica, remesas y giros, pero no podrán realizar préstamos ni captar depósitos y si tienen clientes interesados en esos servicios, podrán decirles que tienen una gama de bancos y financieras donde podrán solicitarlos, mientras que las intermediarias financieras tendrán unos 1.800 establecimientos como canales para transmitir sus diversos productos.
El BCP pretende recoger la mayor cantidad de observaciones para después convocar una mesa con miras a hacer los ajustes.