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El desafío que plantea el río Pilcomayo es particular en extremo: cada año se debe limpiar la embocadura del canal si queremos recibir sus aguas.
Pero el trabajo no se limita a rehabilitar la boca del canal, también es necesario limpiar el cauce que permitirá su escurrimiento hacia el interior del Chaco paraguayo.
De nada sirve tener la embocadura limpia, si el canal de conducción está taponado. Para tener éxito en la recuperación del río se debe manejar un sistema hidráulico.
En este contexto, el relevamiento topográfico previo a las tareas de limpieza es fundamental a fin de determinar la inclinación que debe tener el terreno.
Entre los años 2011 y 2014, Paraguay recibió una extraordinaria cantidad de sedimentos. El canal argentino estaba taponado y todo el río, junto con los sedimentos, ingresaban en nuestro territorio. Falta de seguimiento
La falta de seguimiento al fenómeno que implica el ingreso de una gran cantidad de arena terminó por colmatar la cañada La Madrid en diversos puntos.
En este momento, el poblado de Margariño se convirtió en punto crítico: si el río ingresa este año sin que se haya limpiado La Madrid, en Margariño saldrá disparado para cualquier lugar. El impacto será negativo en extremo para los pobladores.
Tareas de limpieza
A lo largo de La Madrid se escucha un pedido insistente: permitir la participación de menonitas en la recuperación del Pilcomayo.
En el Chaco Central hay unas siete empresas menonitas de mediano porte que están en condiciones de comenzar a trabajar en forma inmediata en la limpieza de la cañada La Madrid.
El ritmo de trabajo de los menonitas, quienes tienen como operarios a criollos e indígenas, no es igualado por ninguna empresa que haya trabajo hasta hoy en la zona del Pilcomayo.
Conocen el Chaco, tienen experiencia, disponen de la logística necesaria y cuentan con los equipos para trabajar.
Precisamente por estas virtudes, los llamados a licitación del Ministerio de Obras Públicas establecen condiciones que no pueden llenar para que las convocatorias sean cubiertas por consorcios empresariales.
Un ejemplo: el MOPC obliga a las empresas participantes a disponer de excavadoras anfibias, salvo caso quedan fuera de competencia.
Se requiere trabajar a lo largo de 700 kilómetros, el sentido común dice que, ante semejante extensión, se deben crear frentes de trabajo.
Al final, resulta que los consorcios terminan subcontratando a los menonitas para hacer el trabajo, pagando sumas irrisorias.
Autorización Argentina
El MOPC confirmó en la tarde de ayer que Argentina facilitó el permiso para ingresar en su territorio y desde allí encarar una nueva embocadura para nuestro canal. El acuerdo está sujeto a una revisión conjunta de los relevamientos topobatimétricos y anteproyectos de obras.
Igualmente, se acordó el monitoreo y control conjunto por parte de las entidades técnicas correspondientes.
Esto se logró luego de la reunión de la Comisión Binacional del Pilcomayo llevada cabo en Buenos Aires, en el Palacio San Martín.
roque@abc.com.py