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Dicen que desde que les cambiaron los aparatos reciben el doble del monto que venían abonando normalmente. Uno de los afectados comentó ayer a ABC Color que, al quejarse a la empresa, la respuesta de los funcionarios fue que debe pagar esa cuenta, porque el medidor registró el consumo.
Es imposible que su consumo haya sido G. 160.000, porque viven en la casa solo dos personas, la que ni siquiera tiene piscina, argumentó.
Antes de que le cambiasen el medidor, su consumo era de G. 80.000, suma que también le parece alta, dado que en la casa no utilizan mucho el producto. Cree que la estatal le incluye el consumo de varios de sus vecinos que viven en la zona de la vía férrea y que se conectan de forma directa a las redes de agua potable, inclusive a la de energía eléctrica. “Siempre estamos denunciando eso, pero ellos no hacen nada”, se quejó.
No logramos la versión de la empresa del Estado porque su titular, Osmar Ludovico Sarubbi Gamarra, regresa recién mañana de Alemania.
Viajó la semana pasada para verificar la tecnología que utiliza una empresa privada dedicada a la comercialización de tecnología que permite justamente la fiscalización remota del consumo de los usuarios.