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“Se va a tener un pequeño incremento, pero no demasiado importante, porque los estudios demuestran que si se aumenta excesivamente la potencia, realmente se pierde rendimiento, ya que el tamaño de las tuberías ya no se puede cambiar, y desde ese punto de vista no vale la pena aumentar la capacidad instalada”, explicó el funcionario del este estatal.
Advirtió que si la modernización de la central hidroeléctrica de Acaray (con una capacidad de potencia nominal de 210 megavatios) no se realiza, prácticamente sería el “certificado de defunción” de la misma, porque es una represa que está cumpliendo su vida útil, señaló.
Añadió que “con este proyecto el país seguirá asegurando una generación propia y totalmente bajo su control, y que ayuda a optimizar la potencia que la ANDE contrata de Itaipú”.
Agregó que otro tema no menor guarda relación con que se trata de una fuente de generación enteramente paraguaya, “sin discusiones”, donde el país puede disponer de su producción para su exportación al mercado que quiera.
El funcionario manifestó que esta represa cubre actualmente el 7% del consumo nacional de energía, con alrededor de 1.000 gigavatios hora/año.