Productores reducen cultivos debido a palomas

Cada vez más productores agropecuarios del Chaco Central se resisten a seguir cultivando sorgo y maní porque, en vez de lograr buenas rentabilidades, terminan trabajando para alimentar bandadas de palomas que constituyen una verdadera plaga en gran parte de esta zona chaqueña, según se puede constatar.

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COLONIA PARATODO, Departamento de Pdte. Hayes (Víctor Pizzurno, enviado especial). Muchos productores están decidiendo disminuir sus áreas de siembra de sorgo y maní, que son los rubros que principalmente son atacados por las palomas causando perjuicios de entre el 25% hasta el 100% en el rendimiento productivo, según explicó Danilo Friessen, colono menonita de esta parte del país.

Es importante recordar que en total en las colonias menonitas del Chaco Central habría actualmente cerca de 10.000 hectáreas de maní y 12.000 hectáreas de sorgo.

El mismo lamentó que el año pasado gastó cerca de G. 12 millones en el control de las palomas que permanentemente asediaban sus 60 hectáreas de maní, con el contrato de personas que fueron provisionadas con escopetas y petardos (12x1) para ahuyentar el ataque de las palomas.

Sin embargo, añadió que el mayor costo de la incidencia de las palomas está en la merma productiva que ocasionan dichas aves que tienen el comportamiento de una voraz plaga agrícola.

Indicó que, según estimaciones de técnicos del Servicio Agropecuario de la Cooperativa Chortitzer, sus plantaciones de maní tenían las condiciones para una cosecha de más de 4.000 toneladas por hectárea, pero que finalmente solo rindieron 3.000 kilogramos por hectárea, porque se vuelve prácticamente imposible evitar que las palomas se posen por lo menos brevemente sobre las plantaciones y picotear algo antes de ser espantadas por explosiones de los petardos y los rifles.

Friessen estima que la merma de 1.000 kg/ha en sus 60 hectáreas de cultivo del año pasado representaron en total 60.000 kilogramos, que de haber sido comercializados le habrían significado un ingreso de G. 105 millones, que con los G. 12 millones que gastó en petardos y municiones suman G. 117,5 millones las pérdidas del ataque de la señalada plaga.

Elmer Friessen indicó que posee 17 hectáreas de sorgo, y para proteger dicha área contrató dos personas a quienes paga G. 50.000 por día, durante cerca de un mes, para que vengan durante los primeras horas de la mañana y a media tarde para hacer el trabajo de espantar las aves. Recordó que el año pasado para su pequeño cultivo invirtió G. 3 millones en compra de explosivos para espantarlas. Entonces, en el caso de Elmer Friessen, el costo de control de la plaga fue de G. 4,5 millones.

Los productores solicitan a la Secretaría del Ambiente (Seam) la autorización para la caza deportiva de palomas como una ayuda para tratar de disminuir la incidencia del ataque a los cultivos.

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