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Miembros de Distribuidoras de Combustibles Asociadas del Paraguay (Dicapar), de la Cámara de Empresas Distribuidoras de Combustibles de Paraguay (Cadipac) y las firmas Ecopsa, TLP y Petrosan percibieron una nueva “tomadura de pelo” del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), orquestada con Petropar.
Se reunieron en el MIC y lo que empezó como un encuentro más, terminó a los gritos. Es que el Gobierno que está a pocas semanas de culminar su mandato, decidió cambiar radicalmente las reglas de juego que creó. Luego de tres años de imponer una “maraña legal” de decretos y resoluciones ministeriales que regularon al sector privado en beneficio de Petropar, decide levantar todas las restricciones, de la noche a la mañana.
Esto parecería algo positivo a simple vista, pero resulta que hay cuestiones técnicas y políticas de fondo, según entiende el empresariado. En conversación con este diario, el gerente de Dicapar, Guillermo Parra, explicó que existía un decreto que obligaba a comprar de Petropar nafta común y gasoil III. El año pasado, lo de la nafta quedó sin efecto porque la estatal quedó sin alcohol. Aún así, el precio de ese combustible siguió siendo fijado por el Gobierno.
Ahora liberan la importación de la nafta y el gasoil y dejan de fijar los precios. “Realmente el decreto dice que MIC determina cupos de importación. La empresa podía importar un volumen regulado con la licencia previa del MIC y éste te autorizaba solamente si comprabas de Petropar. Ese esquema es el que se desmontó ahora; ya no hay límite, la empresa puede importar lo que quiere y puede dejar de comprar de Petropar”, indicó Parra.
Añadió que, sin embargo, los contratos con la estatal siguen vigentes hasta el 31 de julio. “Es decir, si bien existe libertad de importación, aún están vigentes los contratos, que no se dejaron sin efecto”, resaltó.
Márgenes de ganancias
Por otro lado, también se liberan los márgenes de ganancias para las distribuidoras. Antes, uno de los decretos establecía que el margen total era 13% del precio de venta al público, divididos así: 7,2% para la estación y 5,8% para la distribuidora. Ahora quedó solo ese 7,2% de la estación. “Eso quiere decir que cada distribuidora tiene que ir a pelear su margen con la distribuidora”, acotó Parra.
La tercera liberación es del precio del gasoil. “Es decir, muchas variables económicas pierden así su referencia; el margen del pasaje por ejemplo se calcula con base al precio del gasoil fijado por decreto, el cálculo de inflación del BCP y muchísimos contratos están atados al precio del gasoil. Todo eso se pierde ahora”, alertó. No firmaron acta
Ante esta liberación repentina, el sector privado “pateó el tablero” en el MIC, se levantó de la reunión sin firmar, como protesta, el “acta” que propuso la cartera. Para los gremios, esto es una “tomadura de pelo”.
El gerente de Dicapar dijo al respecto: “Te vienen a decir que esto es porque Petropar ya es eficiente, porque tiene 120 estaciones de servicio. Admitieron que los decretos eran para fortalecer a Petropar, que ahora ya se acabó y queda en el marco de la libre competencia que es lo que la ciudadanía quiere. Pero sabemos que eso es mentira, que en el fondo es otra la cuestión”. Esa otra cuestión sería, por un lado, que la estatal no está pudiendo abastecer, pues hay firmas que se quejan de que no le entregan producto. Por otro lado, hay una cuestión política, pues en dos meses la situación va a cambiar para Petropar, cuando se le acabe el stock del combustible.
Un problema a futuro
Según Parra, quieren dejarle un gran problema al próximo gobierno. “Van a decir ‘nosotros entregamos una Petropar vigorosa, sana, con 180 millones de dólares, con el precio más bajo del mercado, con todos los chiches y después, en esto se convirtió Petropar’. Lo que molesta no es el contenido de este borrador de decreto, sino el fondo”, resaltó.
El empresariado, además, percibe que está ante dos situaciones perjudiciales. Al liberarse el precio, la misma Petropar puede vender a las distribuidoras mucho más caro, mientras que a sus operadoras, vender a tarifas accesibles. Así también, no se puede rescindir el contrato entre la estatal y las distribuidoras porque hay unos 80 millones de litros de gasoil en stock comprados hace meses, cuando el crudo estaba más barato y si se dejan sin efecto los contratos, ese combustible quedará para Petropar. Eso obligaría a las privadas a comprar del exterior a precios actuales.
“Entonces, o gana con nosotros una fortuna o se queda con nuestro gasoil si rescindimos el contrato”, dijo Parra.
Y creen que dentro de dos meses, cuando se le acabe a Petropar el combustible en stock, el próximo Gobierno se verá en serios problemas.