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En Paraguay, cuando una persona no quiere o no puede justificar el origen de su fortuna, generalmente se esconde detrás de un prestanombre (esposa, hijos, amantes, etc.) o bien, lo hace a través de una sociedad anónima, pues en nuestro país, contrariamente a la recomendación internacional, todavía existen las acciones al portador.
En este caso, Justo Pastor Cárdenas Nunes, apenas un año después de haber asumido como titular del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), creó una sociedad anónima llamada Agroindustrial Ganadera JPC SA (las iniciales de su nombre). La Sociedad Anónima tiene fecha de escritura 30 de julio de 2014 y figura un capital inicial de G. 1.000 millones.
Los documentos a los que accedió ABC dan cuenta de que la empresa estaba constituida de esta manera: Como presidente figuraba Justo Pastor Cárdenas Pappalardo (que entonces tenía solo 20 años) y como director titular, el padre de este, Justo Pastor Cárdenas Nunes.
Pero luego, en una asamblea de fin de año, pusieron al frente de la compañía a un hombre llamado Miguel Ángel Santiago Yegros Arce y este, en su carácter de presidente de Agroindustrial Ganadera JPC, fue el que firmó la transacción para adquirir 556 hectáreas en Pirayú (Paraguarí), según escritura pública pasada ante el escribano Canuto Rasmussen en noviembre de 2016.
Las tierras en cuestión están valoradas en unos US$ 3 millones, pero según los papeles, la empresa de Cárdenas adquirió las propiedades de la familia Romero Pereira por el total de G. 3.500 millones.
Tierras “del banco”
Ayer, en conversación telefónica con nuestro diario, el presidente del Indert dijo que esas tierras “son del banco” que le prestó el dinero para la adquisición y que puede demostrar el origen de los recursos utilizados para la operación en cuestión.
Aseguró que así como tiene “activos”, también posee “pasivos” y que el año pasado, cuando nuestro diario publicaba por primera vez sobre este tema, se comprometió a entregar su declaración jurada a la Contraloría y así lo hizo. Sin embargo, cuando le pedimos una copia de esa declaración, respondió que es trabajo de la prensa conseguirla.
Cárdenas no explicó por qué cambió la directiva de la agroganadera JPC justo antes de concretar las transacciones millonarias y tampoco habló sobre la fundación de una compañía que, por su naturaleza, entraría a crear conflicto de intereses, pues según los documentos, la firma que el titular del Indert creó se registró con objeto de dedicarse a la “explotación agrícola, forestal y ganadera, así como a toda actividad conexa relacionada, derivada o consecuente con los mismos”.
La carta orgánica del ente agrario, Ley 2419, señala expresamente en su artículo 10 que el titular del ente “dedicará tiempo completo al servicio exclusivo del Instituto y sus funciones son incompatibles con el ejercicio de otra actividad a cargo, con o sin retribución, salvo la docencia”, pero aun así, Cárdenas fundó la SA.
Quisimos conversar sobre este punto con el entrevistado, pero este solo se limitó a decir que nos llegaría su versión, lo cual no ocurrió hasta el cierre de esta página, y luego, dijo que enviaría una escribana a este diario para que nos ratifiquemos sobre lo publicado.
Finalmente, pese a nuestras consultas y en lugar de aclarar todos estos temas, Cárdenas señaló, con tono molesto: “me chupa un h... tu diario, tu director y tus publicaciones”.
El origen de las tierras
Anteriormente, la propiedad de Pirayú identificada como finca N° 1932, de 1.011 hectáreas, pertenecía a la señora Rosa Isabel Romero de Saldívar, exsuegra de Justo Cárdenas. En herencia, los cuatro hijos de ella recibieron 252 Ha cada uno: María Soledad Saldívar, anterior pareja del titular del Indert; y los hermanos de esta, Carlos Román, Jorge y Luis Miguel. Cárdenas compró a dos de sus excuñados sus fracciones de 252 Ha cada una y a la misma María Soledad, una fracción de menor superficie, de 52 Ha.
gbenitez@abc.com.py