Precio de lechuga cae de G. 30.000 la docena en enero a solo G. 3.000

El ingreso masivo al mercado de las lechugas de cultivo tradicional hizo que el precio de esta hortaliza caiga de G. 30.000 la docena en enero pasado, a apenas G. 3.000, llegando ayer a apenas G. 250 el mazo, de acuerdo a los datos de la Dirección de Comercialización del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

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La gran caída de precio de la lechuga se da por la sobreoferta de la hortaliza cultivada por los productores, que siembran sin tecnología y que recién por el buen clima pueden ingresar al mercado en forma masiva.

Aunque desde el MAG cuentan que asisten a los productores con tecnología (invernaderos, mallas media sombra, sistema de riego, entre otros), la realidad demuestra que hay meses en que hasta es necesario importar grandes cantidades de lechuga debido al desabastecimiento local. En tanto que en otras temporadas, los productores casi deben regalar el fruto de su trabajo.

“Los verdeos en nuestro país abundan entre mayo y octubre, mientras que en los meses de diciembre a febrero baja la producción considerablemente porque depende del clima, y según los productores, se llega a cosechar solo el 20% comparando con los otros meses”, refirió Blanca Aveiro, gerente general del Abasto Norte, mercado donde se comercializa actualmente la lechuga de primera calidad a G. 5.000 y G. 6.000 la docena de mazo. “Los meses de diciembre a febrero generalmente se consigue a G. 20.000 esa misma cantidad, e incluso este año llegó a G. 40.000”, recordó.

El titular de la Dirección de Comercialización MAG, Ing. Gilberto González, dijo que ayer en el mercado, la lechuga Boston costaba G. 5.000 la docena y la criolla, solo G. 3.000.

Falta de infraestructura

Solo en enero de este año, por la incapacidad de la producción local de hortalizas por la falta de infraestructuras como invernaderos, media sombra y otros, Paraguay importó 151 Ton. de lechuga, es decir casi 5 Ton. por día. “La causa de la baja producción es la poca infraestructura, ya que la mayoría de los productores no tienen media sombra ni regadío básico para que la producción sea óptima”, criticó Aveiro.

Por su parte, la productora Juana Acosta, quien se dedica a la producción de lechuga y otras hortalizas en Colonia Cerrito, del distrito de Curuguaty, departamento de Canindeyú, construyó un pequeño vivero sin recibir ninguna ayuda estatal. Gastó más de G. 2 millones y en su interior logró cultivar 2.500 plantas de lechuga en junio pasado. Ella lamentó el escaso interés estatal para aumentar la producción en las épocas de menor oferta.

El disparejo volumen de producción en el país se refleja también en los informes del Banco Central del Paraguay, que muestran que el índice de precios del consumidor registró una deflación o caída del 1% en julio último, impulsado por la baja del valor de algunos alimentos, principalmente de hortalizas. Según el reporte, entre los productos que sufrieron las mayores reducciones estuvo justamente la lechuga, que bajó en 67% en julio, y siguió devalúandose en un 43,9% en agosto.

Otras zonas

González contó que para evitar que se descompongan las lechugas, desde hace cuatro viernes la Dirección de Comercialización del MAG envía este producto junto con otros verdeos y frutillas a Pilar, donde se venden a G. 10.000 la docena de mazos porque en la zona existe escasa producción. “El viernes pasado, por ejemplo, vendieron por 7.000.000 de guaraníes”, dijo.

Poca asistencia aún

Fernando Paniagua, coordinador interino del proyecto para el equipamiento de la producción agrícola del Paraguay (EPAP), contó que esta iniciativa tiene 600 horticultores asistidos entre el 2015 y 2016 en infraestructura, dotando a los productores de invernaderos, malla de media sombra, sistema de riego, entre otros que totalizan 23 productos para los pequeños productores. Los fondos provienen de bonos soberanos.

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