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Un sobrevuelo por la zona de Horquetami bastó para constatar varias sospechosas coincidencias en el lugar donde los hermanos Ladimir y Emiliano Fernández mantienen un conflicto legal con la Fundación Moisés Bertoni sobre una finca de 876 hectáreas que está titulada a nombre de la Fundación Mbaracayú y forma parte de la Reserva Mbaracayú.
En primer lugar, se ha constatado que los ocupantes ilegales, en este caso los Fernández (quienes no poseen ningún documento sobre la finca en cuestión), no solo han deforestado para abrir picadas y caminos y para instalar alambradas, sino que además han construido, también con base en la tala indiscriminada, una perfecta pista de aterrizaje para aviones pequeños.
El aeródromo, que posee cerca de 900 metros de largo por unos 25 metros de ancho, cuenta además con un práctico sistema de desagüe pluvial.
Cannabis
Llamativamente, muy cerca de esta pista de aterrizaje se pudieron divisar rastros de plantaciones de marihuana, algunas aparentemente recién cosechadas y otras ya abandonadas.
Definitivamente la conjunción entre ambas cosas, es decir, la construcción de una sospechosa pista de aterrizaje en medio de la nada y la existencia de cultivos del estupefaciente en una zona boscosa, hace suponer que el interés por las tierras de la Reserva del Mbaracayú podría ir más allá del simple hecho de la posesión del inmueble.
Otro hecho curioso es que, a pesar de que los Fernández poseen unas 1.000 hectáreas, colindantes con la propiedad de 876 hectáreas de la Reserva del Mbaracayú, la construcción de la pista se hizo dentro de los límites del área protegida y no dentro de la propiedad de los mismos.
¿Y la Senad?
Según directivos de la Fundación Moisés Bertoni, se hicieron ya varias denuncias a la Secretaría Nacional Antidrogas sobre la existencia de cultivos de marihuana dentro de la reserva. Inclusive cuando todavía era titular de la Senad el actual ministro del Interior, Francisco de Vargas. Sin embargo, hasta ahora no se realizó ningún procedimiento antidrogas dentro de la zona protegida, como tampoco se investigó quiénes y para qué se utiliza la pista de aterrizaje en esa zona.
Los hermanos Fernández tienen la obligación de informar cuál es el uso que le dan al aeródromo en cuestión, construido dentro de los límites de la Reserva del Mbaracayú.