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Por la ley que creó la Comisión Nacional de Aprovechamiento del Río Pilcomayo, la misma está integrada por representantes titulares y suplentes de Obras Públicas, Agricultura y Ganadería, Relaciones Exteriores, la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP) y la Armada Nacional. El representante del Ministerio de Obras Públicas, Daniel Garay Palacios, es quien preside esta comisión. El funcionario percibe más de G. 21 millones al mes, entre sueldo y beneficios y, llamativamente, nunca se lo encuentra en la sede de la comisión.
Ayer por la mañana nos comunicamos telefónicamente con la dependencia, cuya sede está sobre la avenida General Santos. El funcionario que nos atendió dijo que a Garay no se lo encuentra después de las 8:00 y no regresa –si es que lo hace– hasta después de las 17:00.
Nuevamente a la tarde nos comunicamos con la comisión a la hora señalada por el funcionario que nos atendió en principio, esta vez otra persona nos indicó que Garay está de viaje supuestamente. Tampoco fue posible hablar con Garay a través de su celular, porque no responde las llamadas.
Por inoperancia el Chaco no recibirá agua suficiente
Llama la atención la flexibilidad del horario de un funcionario que debe ocuparse de tareas tan importantes para el país: la realización de las gestiones necesarias para asegurar que el Chaco reciba agua del Pilcomayo, que por sus particularidades requiere un trabajo previo a la temporada de lluvias.
Justamente por la inoperancia de la comisión, el 2015 podría ser el segundo año consecutivo en que la margen paraguaya no reciba agua en cantidad suficiente para el Chaco.
Los trabajos de limpieza y descolmatación comenzaron recién en los primeros días de noviembre, cuando la experiencia de años anteriores dice que se necesita un mínimo de cinco meses de antelación en el desarrollo de estas tareas.
Si el Estado paraguayo no invierte a tiempo en tareas de limpieza, o las desarrolla de manera tardía, el resultado es nefasto y evidente: el nivel del río en la temporada de lluvias, que en Bolivia ya comenzó, sube, pero las aguas no son conducidas a territorio nacional en la cantidad esperada.
En principio los funcionarios del Ministerio de Obras pusieron como excusa la avería de las máquinas para realizar los trabajos. En varias oportunidades, los expertos les advirtieron que de no tomarse las medidas a tiempo, el agua no llegaría, como está ocurriendo.
La comisión, cuyo presidente es Garay, tiene un presupuesto de más de US$ 10.000.000 para desarrollar las tareas de limpieza y retiro de sedimentos.