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El gremialista dijo que el contrabando acarrea varios problemas y que uno de los más graves tiene relación con la creación de empleos, ya que las consecuencias afectan a los segmentos más jóvenes de la población que están en busca de trabajo o directamente su primer empleo. Explicó, en ese sentido, que esta actividad ilícita hace que las industrias –y todo el sistema operativo que envuelve a las mismas– no trabaje en un 100%, hecho que hace que indefectiblemente se deje de contratar mano de obra o, en el peor de los casos, suspender los servicios laborales de la gente.
Según Pappalardo, el problema del contrabando tiene como una de sus principales causas la impunidad de los financistas, que hace que mucha gente siga introduciendo mercaderías de manera ilegal al país.
“El contrabando es la competencia más desleal y merece que la justicia caiga con penas bien fuertes contra los contrabandistas”, aseveró el empresario.
Comentó que esta actividad ilícita tiene una estructura muy grande y que cuenta con financistas, a quienes deben investigar, identificar y llevarlos ante la justicia.
Desde febrero de 2014 ningún solo caso de investigación por contrabando terminó en un juicio oral, razón por la cual no hubo un solo condenado por este delito.
Proyecto para educar
Pappalardo añadió que, definitivamente, debe haber un proyecto a nivel país que impulse eliminar la cultura de consumir productos de contrabando, concienciando y educando a la gente que compra estas mercaderías sobre que eso conspira contra la fuente de trabajo de cientos de paraguayos e incluso contra ellos mismos, ya que estos productos ingresan sin ningún tipo de registro de sanidad que garantice su consumo.
Las calles de Asunción están invadidas de productos que se venden en las veredas o paseos centrales, sin control de ninguna autoridad.