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El Ministerio de Hacienda tiene recursos financieros en moneda norteamericana que no moviliza en forma permanente de sus cuentas en el BCP que, en determinados momentos, pueden ser aprovechados para evitar fluctuaciones bruscas en el mercado cambiario, principalmente por efecto de escasez de la divisa norteamericana.
Hacienda tiene en el BCP depósitos en moneda extranjera que rondan los US$ 140 millones, pero que es difícil utilizar porque no dispone de lo que se llama “cuenta única”. Dicha suma está distribuida en más de 200 cuentas. Esos depósitos forman parte de las reservas internacionales netas (RIN) de la institución monetaria y que actualmente ronda los US$ 4.850 millones.
Unas 245 cuentas en dólares fueron habilitadas por la cartera fiscal en el BCP, mientras que en moneda nacional tiene unas 280 cuentas, muchas de ellas fueron habilitadas hace más de 20 años con saldos que no se usan más. Las mejores prácticas a nivel mundial recomiendan a los ministerios de Economía y Hacienda tener una cuenta única para facilitar, por un lado, juntar los fondos y usarlos cuando fuese necesario.
Hacienda debe abonar esta semana alrededor de US$ 28,6 millones correspondientes a los vencimientos de la deuda pública que tiene el Estado con los organismos financieros internacionales, bancos privados y tenedores de bonos del Tesoro. De acuerdo con el calendario de pago de la entidad, la mayor parte de lo que se abonará corresponde a cuotas de la deuda externa.
Este año, el monto total del servicio de la deuda, de enero a diciembre, asciende a poco más de 349 millones de dólares y el mayor acreedor del país es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La cartera fiscal este año emitió bonos del Tesoro en el mercado local por más de 976.907 millones de guaraníes (US$ 225 millones), el mayor monto de los últimos cuatro años, para financiar principalmente el pago de las cuotas de la deuda y gastos de capital.
El calendario de pagos de los compromisos del Estado con órganos financieros internacionales tiene una periodicidad que ofrece margen de maniobra a Hacienda para darle mejor uso a sus recursos depositados en el Central en coyunturas como en las que se presentan fuertes demandas de dólar, que generan una presión alcista sobre el tipo de cambio.