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Según dijeron los afectados, en épocas de frío la espera es más llevadera, pero con el calor, para las personas que sufren de presión alta o problemas cardíacos, o los adultos mayores, es un verdadero sacrificio pararse horas y horas para cobrar.
La situación resulta aún más caótica cada dos meses, ya que miles de personas indefectiblemente deben cobrar sus pensiones del programa Tekoporã de los cajeros automáticos del BNF en forma bimestral. A esto se suma que la mayoría de los adultos mayores tienen dificultad para el manejo de las máquinas electrónicas, lo que demora aún más el proceso de cobro.
Algunos usuarios incluso aseguraron que en varias ocasiones, luego de varias horas de estar parados en la fila, se van con las manos vacías a sus respectivos distritos, ya que cuando le alcanza el turno de cobrar, los cajeros ya están vacíos por la excesiva cantidad de personas que se llegan para utilizarlos.