Cargando...
Un desafiante titular del MIC se lanzó ayer contra el sector privado del gas para tratarlos de “cártel” y evadir con expresiones populistas los reales cuestionamientos que pesan sobre el plan de la petrolera estatal de incursionar en el rubro del gas.
Tal vez la actitud soberbia de Leite se haya sustentado en haberle “ganado” la pulseada al primer anillo del presidente Cartes: Juan Carlos López Moreira y Carlos Cañete, quienes pretendieron que ese cargo sea para Patricia Samudio, lo que fue enérgicamente rechazado por el titular del MIC.
Así las cosas, Leite seguirá manejando todo lo relacionado a los millonarios procesos licitatorios de Petropar, tal como lo ha venido realizando hasta ahora.
El nuevo presidente designado en Petropar es Eddie Ramón Jara Rojas, un exfuncionario de Shell y luego Petrobras, así como de la Industria Nacional del Cemente (INC). A pesar de que parezca contradictorio, no tiene ninguna experiencia en materia de combustible, según expresaron a nuestro diario sus propios excompañeros de trabajo, en las diferentes empresas citadas.
Jara Rojas se desempeñó como contador en la Shell y luego trabajó en Petrobras cuando este emblema adquirió los activos de la angloholandesa, desempeñándose en áreas de planeamiento y un corto periodo en contrataciones de bienes y servicios, que nada tenían que ver con compra de combustible, uno de los pilares en el negocio que manejará en Petropar. Ya en la función pública, en INC, se desempeñó como gerente financiero, con meteóricos y cuestionados ascensos, por su amistad con Jorge Méndez, titular de la cementera estatal.
Cuarto presidente en la era Cartes
El nuevo titular de la petrolera estatal se constituye en el cuarto presidente de Petropar durante el gobierno de Horacio Cartes. El primero fue Fleming Raúl Duarte Ramos, duramente cuestionado porque permitió que seccionaleros realizaron un simulacro de concurso público para ingresar a hurreros en la planta de Troche; luego, Rómulo Campos Krauer, destituido por el escándalo de las 200.000 garrafas que estuvieron a punto de comprar, con un sobreprecio de US$ 5 millones, así como su mano derecha, Catherine Vargas, salpicada por el mismo escándalo.