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El presidente de Petropar, Fleming Raúl Duarte Ramos, dio riendas sueltas al “nuevo rumbo” con salarios de primer mundo para un importante número de funcionarios, que ingresó a la petrolera sin ningún concurso de méritos, tal como exige la ley, bajo el pretexto de supuestos cargos de confianza, aunque muchos no sean tales.
Si tomamos solo diez funcionarios de su entorno, que fueron contratados con jugosos sueldos, que no se compadecen de la situación económico-financiera de la empresa, tenemos como resultado una erogación mensual de G. 189.454.834. Esto sin considerar aún otros componentes del sueldo, tales como premios, combustibles (regalados en cantidad industrial: 300 litros), aguinaldos, etc. La gran mayoría de estos funcionarios fueron ingresados por la nueva cúpula del ente y enviaron al “freezer” a muchos funcionarios de carrera, aunque son todavía numerosos los funcionarios de la era Escobar que siguen en el primer anillo de Duarte Ramos.
Algunos privilegiados que conforman el ranking de los nuevos funcionarios en la era Cartes: el propio Fleming, que percibe una remuneración mensual de G. 34.655.985; el gerente de la planta alcoholera de Mauricio José Troche, Juan Manuel Yambay, G. 17.638.739; el gerente general, Rogelio Cáceres, G. 23.780.227; el jefe interino de la UOC, Emilio Bogado, que cobra G. 15.840.175; el secretario general, Pedro Halley, 15.240.661; Rocío Morales, auditora, con salario de 18.636.212; Sebastián Irún, asesor jurídico, con sueldo de G. 17.840.175; Fermín Gil, gerente financiero con 20.205.151; Rolf Huber, gerente comercial, con sueldo de 15.240.681 y Melisa Martínez, con salario de G. 10.376.828, quien ya figura dentro del plantel permanente como coordinadora de la oficina de prensa, según la página web de la estatal, y no concursó para el efecto.
Solo estos “10 funcionarios vip” insumen en conjunto de las arcas del dinero público G. 189.454.834 por mes, sin sumar aún, en la mayoría de los casos, los centenares de litros de combustibles gratis de su preferencia que reciben a costa del erario.
Resulta llamativo que estos diez funcionarios “vip” figuren con sueldo básico bajísimo. Por citar un ejemplo, Pedro Halley, secretario general, figura en la planilla con apenas G. 4.878.700, cuando en realidad cobra G. 15.240.681; es decir, tiene categoría inferior a un gerente, en términos de salarios, pero cobra en total entre G. 16 y 17 millones, incluidos los beneficios.
¿Cómo será que hace el presidente Fleming para pagar el sueldo total? ¿A qué rubro imputará, atendiendo que las categorías de salarios gerenciales mantienen los que fueron enviados al “freezer” y no se puede inventar ningún R 16 (máxima categoría gerencial) de un día para otro?
Sería un buen punto para que el síndico de la Contraloría en Petropar, Édgar Venialgo, investigue, porque hasta ahora no hizo ninguna denuncia sobre las diferentes irregularidades en el ente.
Caso de los seccionaleros
Petropar incorporó hace dos semanas, mediante un simulacro de “concurso”, a 187 personas a la planta de Troche. El “proceso” tuvo en su “comité de selección” a los seccionaleros Édgar Benítez y Alcides Giménez, quienes metieron a la alcoholera a operadores políticos y a su parentela, sin considerar la ya masiva cantidad de funcionarios que tiene la planta de Troche, que nos costó el año pasado US$ 7,8 millones.