Este nuevo caso trata de la licitación pública nacional por subasta a la baja electrónica N° 12/13 “para la adquisición de surtidores para estaciones de servicio de Petróleos Paraguayos (Petropar)”. La oferta de precios se realizó en abril y concluyó con la resolución de adjudicación N° 973/13, del 7 de junio último (ver facsímil).
Por este proceso, la petrolera estatal desembolsó G. 5.367.999.985 a dos firmas, por un total de 155 equipos expendedores.
Las empresas adjudicadas fueron Samal SRL, representada por Rodolfo Amín Yambay Miranda, a la que se le compraron 95 surtidores por un total de G. 3.063.999.985, así como la firma Diesa, a cargo de Manuel Carrizosa Galiano, compañía que proveyó 60 expendedores, por G. 2.304.000.000.
La gran mayoría de estos costosos equipos, que fueron adquiridos supuestamente para estaciones de servicio de Petropar, inexistentes hasta el momento, se encuentra abandonada en un depósito de un edificio en construcción inconcluso, ubicado en la entrada al predio de la exrefinería de la petrolera estatal, en Villa Elisa.
Para este proceso licitatorio el expresidente de Petropar, Sergio Escobar, autorizó un anticipo de pago del 40% del valor del contrato, que fue de G. 5.367.999.985.
Masiva compra de tanques
Ayer publicábamos el caso de la también adquisición apresurada realizada por la administración del extitular de la petrolera estatal, antes del cambio de gobierno, para la compra de 140 tanques de la empresa Engineering SA, firma ampliamente beneficiada en diferentes procesos convocados por Petropar.
La compra de estos 140 tanques representó para el ente un total de G. 7.252.376.000, o de US$ 1.611.639 al cambio actual, concretado en julio último.
En ambos casos, el procedimiento licitatorio se dio exactamente igual, ya que se adquirieron masivamente los equipos, pero sin contar aún con las estaciones de servicio en donde ubicarlos.
Actualmente las costosas compras se encuentran en total estado de abandono, con la diferencia que los equipos surtidores se encuentran en un edificio inconcluso en la planta de Petropar, en Villa Elisa, mientras que los costosos tanques subterráneos de combustible están tirados en la parte trasera del mismo predio de la petrolera estatal, en Villa Elisa.