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“Hay poco margen en la política monetaria y en la política fiscal”, indicó ayer el ministro Peña y explicó que esto se debe a que es el modelo que queremos como sociedad, el de ser un país con baja presión impositiva y baja deuda pública.
El informe de Dende presentado por Alberto Acosta Garbarino, César Barreto y Manuel Ferreira Brusquetti, entre otras cosas, señala que se necesitará de una mayor presencia del sector público para acompañar el esfuerzo del sector privado, a fin de atenuar los obstáculos globales que enfrenta la economía que se está desacelerando.
El ministro Peña considera que se debe debatir si como país queremos pasar de una deuda de 20% del PIB a una que tiene 40% como Colombia, país que ya está actualmente hablando de la necesidad de pasar a 60% para poder desarrollar su infraestructura. “Entonces, eso es parte de un debate que debemos tener como sociedad. Hoy todavía estamos en una sociedad que prefiere tener un nivel de endeudamiento muy bajo, pero eso es un freno”, afirmó el ministro.
Aunque no lo mencionó, la ley de responsabilidad fiscal limita al déficit a 1,5% del PIB y esto impide un mayor endeudamiento para inversiones, lo que en algún momento el Gobierno ya intentó que se amplíe a 3% sin éxito.
Peña expresó que se está planteando proyectos de APP, pero son mucho más lentos de lo que se hubiera hecho financiando con bonos soberanos.
A su criterio, actualmente no existen muchas herramientas para hacer frente a esta situación, y el mayor involucramiento del Estado que pide Dende va a venir necesariamente por un mayor nivel de endeudamiento público. “Imagínense, por un lado vemos la presión de los grupos del sector privado que dicen que las obras públicas son lentas. Sin embargo, la inversión que está haciendo Obras Públicas presiona continuamente sobre el déficit”, dijo.
El ministro de Hacienda plantea acordar entre todos los sectores de la sociedad, como se hizo en 2004, reformas estructurales que permitan una mayor inversión en el país, pero considera que “somos una sociedad muy conservadora y los mismos grupos empresariales son los más renuentes al cambio”.
Peña propone tres reformas: 1) reforma de la banca pública de primer piso y para ello considera necesario que el Congreso apruebe el proyecto del BNF; 2) la creación de la superintendencia de pensiones, para permitir canalizar los ahorros de largo plazo hacía financiamiento de largo plazo, con un organismo regulador que controle a dónde irán los fondos; 3) y la necesidad de contar con una central de riesgos que contenga la información crediticia de todos los sectores, porque actualmente está fragmentada y esto permite que la gente esté sobreendeudada.