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Señaló que el desafío principal es la eliminación de las enfermedades, y que por ser pequeños es más costoso hacerse de una marca como exportador de carne bovina.
“En Paraguay la ganadería se beneficia de muchas cosas buenas; justamente, esas cosas hay que aprovechar para maximizar los beneficios”, indicó.
Destacó que, dadas las buenas condiciones naturales que tiene Paraguay, está seguro de que aquí se puede producir calidad.
“Se puede aprovechar eso que tienen de producción natural para ir promocionando como una ventaja, así como ya lo han hecho otros, por ejemplo, Uruguay”, dijo.
Sin embargo, dio a entender que, antes que salir para promocionar y a hacer marketing, primero se debe trabajar mucho en casa.
“Nosotros en Australia aprendimos que la mayor parte hay que hacer primero en casa, la eliminación de las enfermedades, el sistema de trazabilidad, investigación y desarrollo, es decir, mejorar las cosas en casa antes de ir a promocionar. Por eso tenemos un sistema muy uniforme para la descripción de la carne, entonces el consumidor siempre va a estar seguro de tener siempre el mismo producto de alta calidad”, señaló.
Informó que para impulsar la investigación, el desarrollo y la promoción en los mercados, se creó un impuesto que financia el MLA, donde el mismo trabaja.
Detalló que se descuentan US$ 5 por cabeza cada vez que se comercializa el ganado, que va a un fondo oficial que luego se transfiere a dicha organización para hacer investigación, desarrollo y marketing, en beneficio del productor.
Lo llamativo es que el gravamen era en años anteriores de US$ 3,5 y los productores votaron para aumentar el impuesto a US$ 5 por cabeza.
Nueva era: suba de precios
Las perspectivas son muy buenas para los productores de alimentos en general, para los de granos como para los de carne. Hemos entrado a una nueva era, en la que habrá un permanente aumento en el precio de los alimentos, y esto es impulsado por cuatro cosas, según Peter Barnard.
Citó en primer lugar el aumento de la población mundial; segundo, el aumento de los ingresos de sectores de la población en muchos países; tercero, los recursos son cada vez más restringidos para la producción de esos alimentos; y cuarto, los granos se van destinando a otras cosas, como el biocombustible, que compite con el consumo humano o del ganado de estos productos.