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El director presidente de la firma, Sergio Paulo Soares, en comunicación con nuestro diario, lamentó que, pese a la existencia de acuerdos firmados entre ambos países, hasta el momento el Ministerio de Minas y Energía de su país siga sin atender el pedido de autorización para la importación de la energía de esa usina paraguaya que hizo su grupo empresarial.
En la última nota que dirigió al ministro Eduardo Braga, le recuerda que hay convenios y acuerdos que deberían ser respetados por el vecino país.
En efecto, ayer se cumplieron seis años de vigencia de la Declaración Conjunta que firmaron los presidentes Inácio Lula Da Silva y Fernando Lugo, ratificada en todos sus términos en 2013 por Dilma Rousseff y Horacio Cartes.
El 25 de julio de 2009 acordaron la posibilidad de que la ANDE venda, en forma directa al mercado brasileño, energía de Acaray e Itaipú, incluso crearon un grupo de trabajo integrado por los directores generales de Itaipú y representantes de los ministerios de transporte, energía y obras públicas y de las Cancillerías. El trabajo de esas comisiones nunca avanzó debido a la falta de voluntad política y la desidia de nuestras autoridades.
En respuesta a Mercosul Energy, Minas y Energía del Brasil respondió que esa operación no era factible porque implica riegos para el mercado brasileño.
“Después del análisis entendemos que esa importación altera el balance energético de aquel país (del nuestro), desplazando energía que podría ser destinada a su mercado propio, ... aumentando el riesgo de disminuir la cantidad ... disponible de Itaipú para Brasil” (punto 2 del memo del Ministerio brasileño).
Añade que, “teniendo en cuenta que la tarifa que paga Brasil a la Itaipú ... es monomia (que consta de un solo término), con base en la potencia (MW), cuanto más energía es recibida por el Brasil (MWh), menor es el costo R$/MWh a ser abonado por la tarifa final del consumidor brasileño. De este modo, la autorización ... compromete el principio tarifario simple, base del modelo sectorial”. Menciona también la desvirtuación del modelo de comercialización vigente en el mercado del vecino país.