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Una de las intenciones de Obras Públicas al realizar fuertes inversiones en la perforación de los cinco primeros pozos en territorio chaqueño es que esos recursos, que hasta ahora van al exterior, se queden en el país por los beneficios que traerán para la alicaída economía.
A ello habría que agregar las regalías que están en condiciones de generar esos recursos y la mano de obra que ocuparía la actividad.
Paraguay está entonces a un paso muy importante de autoabastecerse de hidrocarburos, cortando su histórica dependencia de un mercado internacional cada vez más conflictivo desde los puntos de vista económico y político.
A ello se suma el problema de la falta de gas licuado de petróleo para abastecer el mercado consumidor interno.
Al menos el 36% de la cocina paraguaya depende del gas licuado, una proporción importante si se tiene en cuenta el volumen de comercialización (unos 8.000 m3 mensuales) y la inmensa erogación en divisas que ello significa.
El gas de petróleo adquiere actualmente un elevado valor comercial y su futuro como combustible de importación es cada vez más comprometido. En otras palabras, nuestro país depende exclusivamente del mercado externo para garantizar su provisión.
Teniendo en cuenta estos parámetros, especialmente los de orden económico y político, el gobierno justifica las fuertes inversiones, que califica como necesarias para cubrir el enorme costo de infraestructura.
Todo con un objetivo específico: aprovechar el gas natural existente en nuestro subsuelo, industrializarlo para abastecer al mercado local y, en lo posible, destinarlo también a la exportación para convertirse en motor de desarrollo que ayude a superar la crisis del Paraguay.
El "Independencia 1" es el pulmotor que dirige el impulso del proyecto de hidrocarburos en el Chaco.
A ello habría que agregar las regalías que están en condiciones de generar esos recursos y la mano de obra que ocuparía la actividad.
Paraguay está entonces a un paso muy importante de autoabastecerse de hidrocarburos, cortando su histórica dependencia de un mercado internacional cada vez más conflictivo desde los puntos de vista económico y político.
A ello se suma el problema de la falta de gas licuado de petróleo para abastecer el mercado consumidor interno.
Al menos el 36% de la cocina paraguaya depende del gas licuado, una proporción importante si se tiene en cuenta el volumen de comercialización (unos 8.000 m3 mensuales) y la inmensa erogación en divisas que ello significa.
El gas de petróleo adquiere actualmente un elevado valor comercial y su futuro como combustible de importación es cada vez más comprometido. En otras palabras, nuestro país depende exclusivamente del mercado externo para garantizar su provisión.
Teniendo en cuenta estos parámetros, especialmente los de orden económico y político, el gobierno justifica las fuertes inversiones, que califica como necesarias para cubrir el enorme costo de infraestructura.
Todo con un objetivo específico: aprovechar el gas natural existente en nuestro subsuelo, industrializarlo para abastecer al mercado local y, en lo posible, destinarlo también a la exportación para convertirse en motor de desarrollo que ayude a superar la crisis del Paraguay.
El "Independencia 1" es el pulmotor que dirige el impulso del proyecto de hidrocarburos en el Chaco.