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El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) es una de las mayores organizaciones ecologistas internacionales, que está presente hace 16 años en el Paraguay, donde impulsa su principal programa para la recuperación, conservación y manejo sostenible del Bosque Atlántico. Entre sus objetivos también se encuentra la búsqueda de mecanismos para impulsar las energías renovables y de manera a elevar el nivel de compromiso que tienen los gobiernos en cuanto a reducción de emisiones, explica Tabaré Arroyo, director de energía sustentable para América Latina y el Caribe.
“El caso de Paraguay es muy particular, porque sus emisiones de gases con efecto invernadero son sobre todo por el sector transporte. No obstante, lo que nosotros vemos es que existe mucha potencialidad para impulsar las fuentes de energía que se llaman alternativas, aunque hoy en día en muchos países ya dejaron de ser alternativas y son fuentes convencionales. Me refiero sobre todo a la energía solar y eólica”, explica el especialista.
Lo que más llama la atención es la matriz energética, donde casi el 50% de la energía que se consume proviene de las biomasas (leña, residuos agrícolas, etc), también hay un número importante de combustibles fósiles que van al sector transporte y un porcentaje menor al 20% proveniente de la hidroelectricidad. “El tema es que cuando uno ve la matriz, parece que no es muy diversificada, al fin y al cabo estamos hablando de importación de combustibles, biomasa que tiene impactos forestales muy importantes y una electricidad que depende sobre todo de los recursos hídricos. Este es un tema que vale la pena analizar, puesto que el recurso hídrico por el cambio climático se vuelve un poco más variable y una matriz que no es resiliente –que es la capacidad de adaptarse particularmente a los problemas climatológicos– es vulnerable al cambio climático, por lo que la idea es encontrar un camino en el Paraguay para impulsar una matriz más limpia y que pueda solventar el desarrollo del país”, señala Arroyo.
Una de las mayores barreras que se observa para el desarrollo de las energías alternativas, es la carencia de datos fidedignos para saber cuál es el costo-efectividad real de estas tecnologías. Por ello, resalta la importancia del proyecto impulsado por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) para la localidad de Bahía Negra, que está en proceso para una licitación. “Se trata de un proyecto con neutralidad tecnológica, es decir, no se impone ninguna tecnología para la generación. No obstante, por las condiciones de la licitación a nosotros nos atrae mucho porque puede ser una buena oportunidad para comenzar a fomentar las fuentes alternativas. Además, la licitación implícitamente pone restricciones o mejor, penaliza a las tecnologías que son más contaminantes como las termoeléctricas”, destacó.
Energía solar más eficiente
A diferencia de las tecnologías convencionales, la energía solar tiene a su favor que su eficiencia sigue creciendo cada día más, esto quiere decir que hay más energía eléctrica producida por unidad de inversión en paneles solares, explica el experto. “Es también un principio de economía de escala; cuanto más instalaciones hay, se vuelve aún más barato, hay cadenas de valor, mayor demanda de técnicos y especialistas en este tipo de energía. Por eso es importante también una política de Estado enfocada a la innovación, es un paso muy importante, eso es fundamental”, finaliza.