Paraguay debe aferrarse al derecho en Itaipú, afirman

Preocupa que Paraguay no llegue a exigir el cumplimiento del derecho en Itaipú, “fundamental” para un país pequeño frente a un gigante como Brasil, que nos considera su prisionero geopolítico, advirtió el Dr. Miguel A. Saguier.

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El doctor Miguel Abdón Saguier admitió que le preocupa que en 2023, como país, asumamos la posibilidad de revisar el Anexo C del Tratado con la misma mentalidad del pasado: secretista, visión cortoplacista, etc. Transcurrieron 50 años y ya en los comienzos había criterios bien diferenciados: uno que apuntaba a una visión de largo plazo y otro al inmediatismo, apurados para firmar el Tratado, “y percibo que en algunas cosas estamos repitiendo esos errores”.

Comentó que días pasados leyó las declaraciones del embajador del Brasil en Paraguay (Carlos Alberto Simas Magalhaes), hablando de la energía que le corresponde al Paraguay, decía que eso “es un hecho”. “Pero ese es el problema, no es el hecho, es el derecho, porque siempre fue así: por un lado, se fue el hecho y por el otro el derecho”.

Añadió que es tiempo de decirle al Brasil: “Dejémonos de los hechos, porque ellos han sido artistas en los hechos consumados; lo que cuenta es el derecho, ni más ni menos. Somos condóminos, tenemos igualdad de derechos, la mitad es nuestra y la otra de ellos. Nosotros no nos vamos a ir con tanques ni con misiles, sino con nuestros argumentos jurídicos y reclamar nuestros derechos ante el Brasil no es ser antibrasilerista, sencillamente estamos reclamando nuestros derechos”, enfatizó.

En otro momento, Saguier expresó su discrepancia con la idea de que no se promueva la modificación del Tratado en sí, sino solamente la revisión del Anexo C, por el supuesto temor de que salga un “tratado peor” que el vigente. “Pero, peor que este Tratado yo no creo que se pueda hacer. Tiene algunas cosas preocupantes, como las discrepancias sobre la interpretación del Tratado y sus anexos, que dice que se resolverá por los usos diplomáticos entre las dos partes”, aseveró.

Afirmó que “usos diplomáticos” significa que en el caso de que no se llegue a un acuerdo sobre una controversia, la usina seguirá produciendo energía y el Brasil continuará utilizándola de acuerdo a los términos actuales del Tratado. “Lo lamentable del caso es que nuestros negociadores no fueron capaces de incluir una cláusula compromisoria que obligase a ambas partes a que, si en cierto tiempo no llegan a un arreglo, puedan concurrir hasta una instancia internacional”, expresó.

El doctor Saguier manifestó que eso mismo ocurrió con el Tratado de Paz y Límites de 1872 (Loizaga-Cotegipe), y 101 años después de haberse firmado dicho tratado, se suscribe el Tratado de Itaipú en los mismos términos referidos a los conflictos y/o discrepancias que pudieran existir entre las partes y lo mismo sucedió en Yacyretá.

Violaciones

Saguier también expresó que Brasil viene violando el Tratado desde el Artículo I, que establece los fines y objetivos del emprendimiento. “El Art. I dice que las Altas Partes se comprometen en realizar en común acuerdo el proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico, pero no ha realizado una interpretación sustentada en principios jurídicos y éticos del derecho internacional, que exige la buena fe, que implica que los beneficios que se generaron debieron ser compartidos mutuamente, y no solamente aprovechado por una de las partes.

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