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¿POR QUÉ LA GOBERNABILIDAD ES CLAVE PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA?
Un trabajo divulgado días atrás por el Banco Mundial fue noticia en nuestro país debido a que figuramos en el tercer lugar entre los más corruptos de nuestro continente. El dato, en realidad, es solo una minúscula parte de un estudio que mide una serie de indicadores que permiten determinar el grado de gobernabilidad que tienen los países. Los especialistas están convencidos, en base a experiencias claramente cuantificables, de que la mejora en estos indicadores se traduce automáticamente en un mayor bienestar de la población.
El informe Governance Matters, 2007: Worldwide Governance Indicators 1996-2006 (Governance Matters, 2007: Indicadores de la gobernabilidad en el ámbito mundial 19962006) destaca que varios países están realizando avances para mejorar la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción.
Los investigadores creen que el dato es alentador debido a que el buen gobierno y el control de la corrupción son fundamentales para lograr un crecimiento a largo plazo y reducir la pobreza (Paraguay precisamente se encuentra muy mal en ambos indicadores, lo cual será analizado más adelante).
El informe, elaborado por los investigadores del Banco Mundial, Daniel Kaufmann, Aart Kraay y Massimo Mastruzzi, se basa en investigaciones sobre la importancia de la gobernabilidad y su impacto en el desarrollo durante el último decenio.
Consideran que el buen gobierno es fundamental para otros resultados en términos de desarrollo humano, como la mortalidad en la niñez, el analfabetismo y la desigualdad, a modo de ejemplos.
El informe dado a conocer este año es el fruto del esfuerzo que realizaron los investigadores durante diez años para elaborar y actualizar un conjunto de indicadores de la gobernabilidad que reúne todos los países y es el más amplio que se publica actualmente. Los indicadores abarcan 212 países y territorios y se basan en 33 fuentes de datos diferentes para captar las opiniones de las decenas de miles de personas de todo el mundo que participaron en la encuesta, así como de miles de especialistas pertenecientes a ONG, al sector público y al privado (ver algunas de las fuentes en el cuadro que acompaña el presente material).
Los indicadores miden los siguientes componentes cuyos mejoramientos permiten un buen gobierno: voz y rendición de cuentas; estabilidad política y ausencia de violencia; efectividad gubernamental; calidad regulatoria; Estado de derecho y control de la corrupción (los conceptos de cada uno de ellos están explicados en uno de los cuadros).
Situación global
Las economías emergentes están alcanzando un nivel similar al de los países ricos en las principales dimensiones de la gobernabilidad. Más de una docena de países en desarrollo, entre ellos Eslovenia, Chile, Botswana, Estonia, Uruguay, República Checa, Letonia, Lituania y Costa Rica, han recibido en las principales dimensiones de la gobernabilidad un puntaje más alto que países industrializados, tales como Grecia o Italia.
El documento resalta la situación de varios países africanos que han conseguido importantes avances en el bienestar de la población gracias a la mejora de sus indicadores de gobernabilidad. En cuanto a la situación del continente americano, se observa que Venezuela es el país que ha retrocedido de manera alarmante en todos sus indicadores.
El informe refiere que el mejoramiento de la gobernabilidad permite luchar contra la pobreza y elevar los niveles de vida. Las investigaciones realizadas durante 10 años demuestran que los aumentos del nivel de vida se deben, en gran parte, a mejoras en la gobernabilidad, y no viceversa.
Los indicadores señalan que cuando la gobernabilidad se incrementa por una desviación estándar, los ingresos se triplican en el largo plazo y la mortalidad en la niñez se reduce a un tercio de la cifra inicial.
Situación de Paraguay
Para tener una idea de la situación que afronta el Paraguay se deben observar los cuadros que acompañan el presente material. Los mismos miden los principales indicadores que tomaron en cuenta los investigadores (los cuadros señalan el lugar que ocupa Paraguay respecto a otros países, en este caso en Latinoamérica. Los valores más altos indican un mejor nivel de gobernabilidad).
Lo que se aprecia es que pese a algunos pequeños avances que se han alcanzado en materia de control de la corrupción y Estado de derecho, nuestro país sigue apareciendo en el tercer lugar entre los más corruptos del continente americano, solo detrás de Haití y Venezuela.
El Paraguay está aplazado en los siguientes indicadores: control de la corrupción, Estado de derecho, calidad regulatoria y efectividad gubernamental.
En contrapartida se observa que tiene una calificación un poco más elevada en los indicadores de voz y rendición de cuentas y estabilidad política y ausencia de violencia.
Las mediciones realizadas por los investigadores del Banco Mundial comenzaron en 1996, año en que nuestro país afrontó una grave crisis institucional a raíz del intento de golpe de Estado por parte de Lino César Oviedo. En aquel año, los indicadores mencionados fueron los peores para nuestro país en el último decenio. A partir de 1997, sin embargo, cambian sustancialmente.
En cuanto a la situación del Paraguay con respecto al promedio de América Latina, se observa que nuestro país está muy por debajo en materia de control de la corrupción, Estado de derecho, calidad regulatoria y efectividad gubernamental. No son tan grandes las diferencias si el Paraguay es comparado con otras naciones que tienen características similares en materia de producción económica.
Desde un punto de vista de las comparaciones internacionales, el Paraguay está en el nivel de los países de ingreso medio-bajo en términos de voz y rendición de cuentas, mientras que en las demás variables está por debajo de los países de ingreso medio.
Para el Banco Mundial, la clave para seguir en el buen camino está en el compromiso social por combatir la corrupción, que ha registrado una mejora sustancial en los últimos años, lo cual se sigue reflejando en las encuestas. Cree que esto podría permitirle mejorar en este ranking.
En contraposición a lo que ocurre con el Paraguay, se observa, por ejemplo, que Chile y Uruguay son los países más destacados en materia de institucionalidad. Los índices de gobernabilidad de los mismos están mejorando sustancialmente a medida que pasan los años, codeándose con países del Primer Mundo muchos más poderosos, como el caso de los Estados Unidos y Canadá.
El Banco Mundial ha aclarado permanentemente que el objetivo de la investigación no es calificar a los países, sino facilitar material que permita una mayor discusión sobre estos temas.
El informe Governance Matters, 2007: Worldwide Governance Indicators 1996-2006 (Governance Matters, 2007: Indicadores de la gobernabilidad en el ámbito mundial 19962006) destaca que varios países están realizando avances para mejorar la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción.
Los investigadores creen que el dato es alentador debido a que el buen gobierno y el control de la corrupción son fundamentales para lograr un crecimiento a largo plazo y reducir la pobreza (Paraguay precisamente se encuentra muy mal en ambos indicadores, lo cual será analizado más adelante).
El informe, elaborado por los investigadores del Banco Mundial, Daniel Kaufmann, Aart Kraay y Massimo Mastruzzi, se basa en investigaciones sobre la importancia de la gobernabilidad y su impacto en el desarrollo durante el último decenio.
Consideran que el buen gobierno es fundamental para otros resultados en términos de desarrollo humano, como la mortalidad en la niñez, el analfabetismo y la desigualdad, a modo de ejemplos.
Los indicadores miden los siguientes componentes cuyos mejoramientos permiten un buen gobierno: voz y rendición de cuentas; estabilidad política y ausencia de violencia; efectividad gubernamental; calidad regulatoria; Estado de derecho y control de la corrupción (los conceptos de cada uno de ellos están explicados en uno de los cuadros).
Situación global
El documento resalta la situación de varios países africanos que han conseguido importantes avances en el bienestar de la población gracias a la mejora de sus indicadores de gobernabilidad. En cuanto a la situación del continente americano, se observa que Venezuela es el país que ha retrocedido de manera alarmante en todos sus indicadores.
El informe refiere que el mejoramiento de la gobernabilidad permite luchar contra la pobreza y elevar los niveles de vida. Las investigaciones realizadas durante 10 años demuestran que los aumentos del nivel de vida se deben, en gran parte, a mejoras en la gobernabilidad, y no viceversa.
Los indicadores señalan que cuando la gobernabilidad se incrementa por una desviación estándar, los ingresos se triplican en el largo plazo y la mortalidad en la niñez se reduce a un tercio de la cifra inicial.
Situación de Paraguay
Para tener una idea de la situación que afronta el Paraguay se deben observar los cuadros que acompañan el presente material. Los mismos miden los principales indicadores que tomaron en cuenta los investigadores (los cuadros señalan el lugar que ocupa Paraguay respecto a otros países, en este caso en Latinoamérica. Los valores más altos indican un mejor nivel de gobernabilidad).
Lo que se aprecia es que pese a algunos pequeños avances que se han alcanzado en materia de control de la corrupción y Estado de derecho, nuestro país sigue apareciendo en el tercer lugar entre los más corruptos del continente americano, solo detrás de Haití y Venezuela.
El Paraguay está aplazado en los siguientes indicadores: control de la corrupción, Estado de derecho, calidad regulatoria y efectividad gubernamental.
En contrapartida se observa que tiene una calificación un poco más elevada en los indicadores de voz y rendición de cuentas y estabilidad política y ausencia de violencia.
Las mediciones realizadas por los investigadores del Banco Mundial comenzaron en 1996, año en que nuestro país afrontó una grave crisis institucional a raíz del intento de golpe de Estado por parte de Lino César Oviedo. En aquel año, los indicadores mencionados fueron los peores para nuestro país en el último decenio. A partir de 1997, sin embargo, cambian sustancialmente.
En cuanto a la situación del Paraguay con respecto al promedio de América Latina, se observa que nuestro país está muy por debajo en materia de control de la corrupción, Estado de derecho, calidad regulatoria y efectividad gubernamental. No son tan grandes las diferencias si el Paraguay es comparado con otras naciones que tienen características similares en materia de producción económica.
Desde un punto de vista de las comparaciones internacionales, el Paraguay está en el nivel de los países de ingreso medio-bajo en términos de voz y rendición de cuentas, mientras que en las demás variables está por debajo de los países de ingreso medio.
Para el Banco Mundial, la clave para seguir en el buen camino está en el compromiso social por combatir la corrupción, que ha registrado una mejora sustancial en los últimos años, lo cual se sigue reflejando en las encuestas. Cree que esto podría permitirle mejorar en este ranking.
En contraposición a lo que ocurre con el Paraguay, se observa, por ejemplo, que Chile y Uruguay son los países más destacados en materia de institucionalidad. Los índices de gobernabilidad de los mismos están mejorando sustancialmente a medida que pasan los años, codeándose con países del Primer Mundo muchos más poderosos, como el caso de los Estados Unidos y Canadá.
El Banco Mundial ha aclarado permanentemente que el objetivo de la investigación no es calificar a los países, sino facilitar material que permita una mayor discusión sobre estos temas.