Cargando...
Ante publicaciones de las diferentes opiniones técnicas sobre este emprendimiento, los empresarios del consorcio de referencia visitaron nuestro diario para dar a conocer su postura. La gerente general del Cono Sur de Camargo Correa, Cecilia Díaz Lafarga, explicó primeramente que si hasta el momento no habían opinado sobre el tema fue solo por respeto al proceso y a los tiempos de la licitación, de la que son parte interesada.
El principal punto cuestionado se refiere al descalce financiero del llamado a licitación, ya que la convocante posee un presupuesto de US$ 240 millones y para este emprendimiento se necesita al menos US$ 200 millones más, según la estimación oficial.
En ese sentido, Díaz señaló que no les sorprende este escenario, ya que en licitaciones internacionales suelen suceder situaciones de descalce y, de hecho, este fue uno de los puntos analizados por la empresa antes de presentarse al llamado. Sin embargo, consideraron que Paraguay tiene las condiciones necesarias para calzar financieramente la obra.
Insistió en que el descalce financiero no es motivo suficiente para decir que el proyecto no es factible, teniendo en cuenta los innumerables aspectos positivos que el mismo acarrea.
Adecuado y viable
Por su parte, el gerente ejecutivo de Construcciones y Comercio de Camargo Correa, Miller Rufino, aseguró que según la experiencia de la empresa, esta obra es técnicamente viable y si bien existen otras alternativas, consideran que el proyecto específico que la ANDE pretende realizar es adecuado y factible. Según los datos, la firma brasileña construyó cerca del 60% de las usinas de su país y aproximadamente el 7% de las construidas en todo el Mundo.
El proyecto licitado, de hecho, es muy sencillo, ya que la obra es relativamente pequeña, señaló Rufino. Además, el impacto ambiental es prácticamente cero y se tiene la posibilidad de producir energía con costos sociales muy bajos y beneficios altos, aseguró, haciendo referencia a la generación de empleo y el crecimiento del país.
El interés de la empresa no es precisamente esta obra en particular, explicó, sino más bien, consolidar su presencia en Paraguay. Por eso presentaron un precio “agresivo” y “competitivo”, indicó. Este consorcio ofreció realizar la segunda etapa del emprendimiento por US$ 280 millones y fue la propuesta más baja; la siguiente oferta es 2% mayor.
Señaló, asimismo, que sería una gran decepción para la firma si el llamado a licitación se llega a declarar desierto, ya que a la empresa le interesa trabajar en Paraguay y, además, la propuesta económica realizada cumple los requisitos técnicos y financieros, aseguró el ejecutivo.
A su vez, el consultor de Construcciones y Comercio de Camargo Correa, Ingeniero Héctor Richer, apuntó que si no se hace la represa de Yguazú en el corto plazo, igualmente será necesaria su construcción dentro de cinco años para que esté lista hacia el 2023, debido al incremento en la demanda energética en Paraguay.
Si no se hace ahora, se corre el riesgo de conseguir precios muchos más altos dentro de cinco años, cuando obligatoriamente el país deberá gestionar la construcción por la necesidad de energía, considerando los proyectos de inversión previstos para el futuro, subrayó.
El ingeniero Ignacio Ortellado, director de Talavera & Ortellado, añadió por su parte que a las empresas no les compete como oferentes discutir el proyecto ejecutivo de la ANDE y tampoco el descalce financiero. No obstante, consideran que se trata de un proyecto viable y además, creen que en el Gobierno nacional hay voluntad de llevarlo adelante, por lo que verá la manera de conseguir los fondos necesarios.
Financiamiento de la obra
La ANDE dispone de un crédito de US$ 200 millones otorgado por el Japan Bank Internacional Corporation, con una tasa de interés del 0,75% anual, un plazo de 40 años y 10 de gracia, cuya aprobación se demoró en el parlamento hasta el 2007. La estatal aportará US$ 40 millones de contrapartida, con lo cual se dispondría de US$ 240 millones para financiar la obra. A esto habría que restar US$ 20 millones que se gastó en los trabajos de la 1ª etapa.