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–¿Cuál es el panorama de la economía mundial?
–No hay dudas de que hoy en día la economía mundial está en un ciclo de recuperación que ha tomado mucho más fuerza de lo que todos pensábamos en los últimos seis a ocho meses, donde se destaca principalmente el dinamismo de la zona euro, que estuvo con crecimiento bajo desde que se profundizó la crisis con los problemas de Grecia. Hoy día estamos viendo un crecimiento no solo de Alemania, que es el gran motor de la zona euro, también en Francia mejora la expectativa de empresarios, España que llevaba bastante tiempo, pero Italia que había tenido 10 a 15 años de crecimiento malo, también está tomando dinamismo. Este crecimiento se va extendiendo y es mucho más sorpresa.
–Entonces, hay un buen panorama mundial...
–Hay un buen panorama para el mundo y los países emergentes, pero ahora hay que trabajar más para que esto se sostenga en el tiempo, esto es mucho de recuperación.
–¿Y a nivel regional cómo estamos actualmente?
–En nuestra región tenemos la gran ventaja de que Brasil, que tuvo el peor ciclo desde la gran depresión, está creciendo de nuevo, está creciendo su sector manufacturero, el consumo está tomando fuerza desde que la inflación cayó más de lo que se pensaba, los salarios alcanzan más. Brasil se está recuperando, que es una tremenda buena noticia para Paraguay, pues son socios en el Mercosur, y esto viene aparejado con que en Argentina la economía vuelve a crecer de nuevo, después de una economía muy desordenada que recibió el presidente (Mauricio) Macri. Tuvo que empezar a ordenar y en ese ordenamiento es cuando empieza a quitar subsidios, empiezan a haber ajustes en la economía, pero ahora también Argentina empieza a crecer. Entonces, Paraguay tiene la gran ventaja, porque no solo hay más crecimiento mundial sino también crecimiento positivo en los dos socios del Mercosur, de hecho el PIB de América Latina cayó el año pasado en un 1,6%, pero este año va a tener crecimiento positivo, en gran parte por la recuperación de Brasil y de Argentina.
–Con esta recuperación de los socios que citó, ¿el crecimiento de Paraguay podría ser mayor?
–Es una oportunidad transitoriamente para crecer más, pero (Paraguay) ya ha estado creciendo en los últimos años en promedio en torno a su crecimiento potencial, sin que la economía se desordene. Si queremos crecer más que el 4% en promedio, para sostener eso en el tiempo, hay que crear las condiciones para que se expanda la economía más de 4% al año, 5% o 6%, dado que tiene oportunidad de acercarse a crecimiento de países más desarrollados, pero eso requiere hacerse cargo de las falencias.
–¿En ese sentido, qué condiciones se deben crear para crecer más del promedio?
–Según las estadísticas del Foro Económico Mundial que se dio a conocer, Paraguay tiene grandes debilidades en la parte de educación básica. Hoy está en el ranking cerca del nivel 100 en competitividad; nivel 1 es mejor y de 100 hasta el 135 es el peor de todos. Paraguay está bastante bajo, está en el cuarto más débil en educación pública, especialmente en base y media, también está bajo en infraestructura. Para seguir creciendo, un cuello importante en Paraguay es la carencia de infraestructuras, como aeroportuarias, carreteras, de regadíos, entonces es un área en donde también aprieta el zapato. En general un área donde aprieta el zapato es el institucional, tener una política más predecible en el tiempo, pero en estos años Paraguay se benefició de que ha tenido importantes ciclos agrícolas y tuvieron importantes inversiones, principalmente en soja, asociado mucho de ellos con ingresos de empresarios con tecnologías y recursos financieros de países vecinos, especialmente Brasil, que ha traído tecnología, ese es un tremendo activo que ustedes tienen, y han sabido aprovechar ese recurso natural que tiene la agricultura.
–En el tema de educación, ¿hacia dónde hay que apuntar para lograr cierto éxito?
–En educación hay que apuntar a cosas que son proyectos de gestión larga, es como plantar un árbol, los primeros años son básicos para que las raíces tomen bien. Lo que hemos aprendido de los estudios que se han hecho es que las capacidades cognitivas se desarrollan entre los 6 meses y 4 años y medio del niño. Hay que preocuparse especialmente del 50% más pobre de la población, que tengan acceso a una educación temprana o preescolar, donde se les estimule, porque muchos de ellos parten de hogares donde no está esa capacidad de estimular en esa edad temprana, entonces hay que hacer un esfuerzo grande en poner los recursos en educación temprana y básica, y muchos países por presión de los estudiantes lo que hacen es gastar mucho más en la educación universitaria, es como si gastáramos más en la parte de arriba del árbol y no nos ocupáramos de las raíces, de echarles fertilizantes.
–¿Hay algún porcentaje mínimo del presupuesto público que se debe destinar a la educación?
–Más que porcentaje, en algunos países también han aumentado su presupuesto en educación, pero han terminado en salarios de maestros o en escuelas bien grandes, pero con pocos alumnos adentro. Entonces, más que eso, está el problema de cómo organizamos el sector, gestión, si uno gestiona bien no va a requerir destinar mucho porcentaje del presupuesto en educación, hay que preocuparse de incentivos en el sector, gestión, formación de maestros, meritocracia, evaluar a los maestros.
–En materia de infraestructura, ¿cómo encarar las inversiones sin sobreendeudarse?
–Primero, hay infraestructuras que son posible cobrarles a los usuarios, como las carreteras con alta frecuencia, puertos, en el cual los beneficiarios son principalmente productores privados. Entonces, la infraestructura se puede desarrollar con concesiones, con acuerdo público-privado. En Chile un presidente socialista, Ricardo Lagos, instauró un sistema de concesiones, asociación público-privada, que construyó toda la carretera de Puerto Montt a Caldera y ahora se extiende hasta Arica, de norte a sur, eso es todo privado, uno paga peaje. El Estado desarrolló un marco, una institucionalidad, con reglas de juego clara y los privados invirtieron, la gran ventaja es que no solo invirtieron en desarrollar sino también en el mantenimiento y hay inspecciones externas para que hagan su pega, y las pegas significan mantener las carreteras en buena calidad, eso no solo ha ahorrado en vidas, sino también han levantado un impedimento importante al crecimiento, que se tenía en infraestructura.
Los puertos son todos privados, los aeropuertos son todos privados, lo hicieron gobiernos socialistas que se dieron cuenta de que el Estado no puede invertir en todo, es mejor que el Estado invierta en la salud de los más pobres, a los cuales no se les puede cobrar, no es rentable privadamente, pero sí socialmente.
–¿Qué le queda exactamente al Estado en ese caso?
–El Estado tiene que tener presupuesto para invertir en los más pobres en vez de invertir en carreteras, que lo van a usar la clase media y media alta, entonces requiere desarrollar una institucionalidad, donde los contratos se cumplan, transparencia, institucionalidad para que sean contratos bien establecidos, para que la gente empiece a creer en esto. Chile tiene mucho que enseñar, tenemos 25 a 27 años, los contratos se mejoran. Hay países que lo han hecho mal, como México, con las primeras concesiones, pero México ha aprendido.
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