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Desde hace tres meses varias regiones del Chaco, en el Alto Paraguay y Boquerón, son afectadas por una invasión de langostas que arrasa con pasturas y cultivos. El Senave (Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas) y productores afectados aún no pudieron frenar esta plaga.
Ayer el Ing. Óscar Cabrera, titular del Senave, informó que hasta hoy estarían con la fumigación aérea en la zona del Chaco Central, y que el jueves y el viernes harán la misma operación en zonas del Alto Paraguay, desde donde reclamaron por dicho trabajo.
El 1 de marzo pasado Senave declaró la emergencia fitosanitaria de dos meses en ambos departamentos, comunicando que contaba con G. 945 millones para el combate a la langosta (Schistocerca cancellata). A fines de abril amplió el referido plazo por 45 días más.
Al respecto el Senave divulgó en los últimos días un comunicado para hacer saber que la Ley 123/91, por la que “se adoptan nuevas normas de protección fitosanitaria”, establece responsabilidades, tanto de la autoridad de aplicación como de los productores y propietarios de los inmuebles.
En ese sentido el Art. 4 inc. d dice que la institución tiene como obligación fitosanitaria determinar las plagas que afectan a la producción vegetal y establecer las medidas necesarias para su manejo o erradicación, según la reglamentación que al respecto se dicte.
También cita el Art. 9, que establece que los titulares de inmuebles donde se encuentre la plaga están obligados con sus propios medios a poner en práctica las medidas fitosanitarias o técnicas indicadas por la autoridad de aplicación y por las instituciones competentes en materia de salud humana y medio ambiente.
El Ing. Cabrera sostuvo que el Senave no pretende desligarse de la problemática generada en este caso por el ataque de las langostas, sino, al contrario, la intención es seguir trabajando y lograr un mayor compromiso de los afectados para mejorar el combate a la plaga.