Oportuna decisión presidencial desnudó un intento de negociado en la ANDE

Después de diez años de gestión y cinco licitaciones fallidas, el Gobierno decidió cancelar definitivamente el proyecto propuesto por la consultora japonesa Nippon Koei para la central de Yguazú debido a su elevado costo. Llamativamente, los responsables del fracaso de este mal encarado plan, que desde un principio se caracterizó por la falta de transparencia, se llaman ahora a silencio y eluden explicar los gastos acumulados desde el inicio del programa.

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A 10 años de la aprobación del préstamo de US$ 200 millones otorgado por el Japón para obras de maquinizado del Yguazú, el Gobierno decidió cancelar a tiempo el proyecto de la central hidroeléctrica debido al elevado costo de la misma.

Como la consultora japonesa Nippon Koei, que fue contratada por la ANDE por el “procedimiento de lista corta” por US$ 25 millones, nunca desarrolló el proyecto ejecutivo, las cinco licitaciones convocadas por la estatal en dicho periodo fueron con base en un “anteproyecto”, es decir, no fueron con base en un proyecto ejecutivo definitivo, lo que implicaba que la estatal estaba dispuesta a contraer millonarias obligaciones por una obra que con seguridad podía variar sustancialmente durante la construcción.

Sin embargo, ANDE solo concluyó la primera etapa, que correspondió a los trabajos del lote 1 “Accesos y obrador”, que fue adjudicada a la empresa TR Edivisa por un monto de G. 15.000.000.000.

Este paquete incluyó la construcción de un puente de hormigón de 108 m de largo y 3,55 m de ancho sobre el río Yguazú, que al ser muy angosto, en la licitación del lote 2 “Obras civiles para la instalación de las turbinas”, estaban previstas su demolición y vuelta a construir, porque no iban a poder cruzar los equipos viales (incluso maquinarias agrícolas a las colonias aledañas), detalle que se les pasó por alto tanto a los consultores japoneses como a los técnicos de la ANDE.

En referencia al contrato leonino de US$ 76 millones y pago del anticipo, que firmó ANDE el 13 de junio de 2014 con el consorcio Toshiba Corporation Mitsui & C. Plant Sistems, para la “Compra y montaje de las turbinas” –Lote 3–, que no se dio a conocer y que ahora deberá ser rescindido, la estatal debería informar acerca de los gastos que seguramente deberá afrontar, concerniente a la garantía de fiel cumplimiento (P-bond) y seguros de comercio internacional.

Incluso la compañía de seguros ya habría enviado a ANDE una explicación por escrito del costo adicional estimativo que la estatal oculta y no da a conocer.

Igualmente, al encontrarnos en el periodo de gracia no se habría estado amortizando el capital, pero sí se habrían pagado los intereses del préstamo, valores estos que tampoco se dieron a conocer hasta ahora.

Incluso la consultora japonesa Nippon Koei ya habría cobrado US$ 11 millones por el “anteproyecto” (o sea, casi el 4,6% del monto comprometido para esta obra), porcentaje usual para proyectos ejecutivos y que la estatal nunca aclaró al respecto. Además faltaría sumar los gastos del personal de ANDE afectado al programa durante 10 años.

También la estatal nunca dio a conocer el informe final de la consultora canadiense Manitoba Hydro International, que habría sido contratada por la ANDE para la revisión y evaluación de la viabilidad técnica y económica de las dos alternativas del proyecto que, como se esperaba, terminó por avalar el anteproyecto nipón. También llamó la atención que dicha consultora fuera contratada en forma directa (sin licitación) por unos US$ 300.000, aunque el monto real nunca fue revelado y su representante local no quiso hablar con la prensa al respecto.

La trama

En el lapso de siete años, desde 2008 a hoy, “desfilaron” por la presidencia de la ANDE cinco administradores: los ingenieros Sixto Amarilla, Germán Fatecha, Alex Duré, Carlos Heisele y Víctor Romero. El gerente técnico de la era Sixto Amarilla fue el Ing. Jacinto Bernal y bajo su administración se licitó y ejecutó el Lote 1, con fuertes cuestionamientos del sector de la construcción. Luego cuando Amarilla fue cambiado, Bernal pasó al freezer y también el proyecto Yguazú.

Recién cuando asume Carlos Heisele, en 2012, vuelve a aparecer Bernal como asesor de la presidencia de ANDE y “casualmente” se reflota el proyecto Yguazú, licitando los polémicos lotes 2 y 3.

Pedro Maciel, un antiguo funcionario técnico, fue nombrado coordinador del proyecto. Ya bajo la presidencia de Víctor Romero, es designado el Ing. Ronaldo Zelada como gerente técnico y este nombra al Ing. Bladimiro Szwako como coordinador del proyecto que firmó el contrato con el consorcio Toshiba, ahora cancelado.

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