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La gran virtud de los transgénicos, en el algodón como en otros rubros, es que facilitan la producción, hacen más sencillo el trabajo del agricultor, reducen los costos y por eso permiten dedicar mayor tiempo a otras actividades, estar más con la familia, entre otras cosas, dijo el investigador del mayor centro de investigación algodonera de Argentina, en Roque Sáenz Peña.
Explicó que en la Argentina el mejoramiento de la producción algodonera se está logrando al coordinar varios factores, la implementación de la siembra directa, el manejo de la densidad usando surcos estrechos, implementando el uso de semillas transgénicas, y otras acciones que se implementan en el marco de lo que se denominan Buenas Prácticas Agrícolas.
Añadió que antes en el algodón empleaban distanciamientos entre surcos de 100 cm, pero ahora con los trabajos de investigación y experimentación redujeron entre 38 cm y 70 cm el espacio entre surcos, según la zona del país en que se realice la siembra, la más usada es 52 cm. De una densidad de entre 100.000 a 120.000 plantas se pasó a 200.000 plantas por hectárea, dijo.
En cuanto a los rendimientos, señaló que están obteniendo más de 3.500 kilogramos por hectárea de algodón en rama, empleando el paquete de medidas con el cultivo de las variedades Bt y RR. La media en Paraguay es 500 kg por hectárea.