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Recientemente fue nombrado como “jefe del patio de compost”, que actualmente es un espacio abandonado (foto), el operador político Amado Rotela. Esta planta debió servir para la descomposición controlada de materiales orgánicos, pero nunca funcionó. Y ahí fue nombrado Rotela “como jefe”. A esta “obra” se suman otras que están en similar estado como ser la planta de ósmosis inversa, por la que se gastó G. 27.000 millones, y que debió servir para el tratamiento de la vinaza, y que tampoco funciona. Esta última fue “la primera obra” inaugurada por Federico Franco, en julio de 2012, y supuestamente debía producir 16.000.000 de kilos de abono para asistir a cañicultores, lo que nunca se cumplió. En ambas construcciones inservibles para la alcoholera de Troche se encuentra como “jefe” el citado operador político, como en los varios otros cargos copados en la administración actual por políticos colorados.
El caso de Rotela, que de guardia de seguridad ascendió por su condición política a jefe de sección, evidencia el manejo político y prebendario de Petropar, lejos del criterio técnico que debería primar en una alcoholera como la de Troche, que atraviesa por una profunda crisis en estos momentos.
La planta sufrió recientemente hasta saqueos de sus equipos, como la sustracción de un compresor de aire, que evidencia el estado de aparente abandono en que se encuentra. Y el sector de “seguridad” también se encuentra liderado por seccionaleros, como el caso de Alcides Giménez, presidente de la seccional de Mauricio José Troche, que ocupa el cargo de jefe del departamento de seguridad y vigilancia de la planta alcoholera. nsanchez@abc.com.py