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Para la consolidación de las cuentas de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) se consideró más prudente aceptar la tarifa de la Reversal del 92, rechazada por el Congreso, sobre todo porque ese monto se iba a consolidar con las acreencias (saldo a favor) por territorio inundado que tiene el estado paraguayo, explicó el ingeniero Ángel Recalde frente al auditorio de estudiantes y profesores de la Facultad de Ingeniería UNA, durante la presentación del acta, el viernes último.
“Se tomó de la Nota Reversal de 1992 porque si se tomaba lo que dice el Anexo C, la tarifa se disparaba; esa es la pura verdad”, afirmó Recalde. Por otro lado, si se adoptaba una tarifa menor, que es lo que ANDE pagaba “a cuenta”, se tendría que cerrar con notas de crédito para quien pagó de más; entonces, se iba a terminar debiendo como US$ 5.000 millones a EBISA, explicó.
Respecto a los valores que se manejaron en la mesa de negociaciones, Recalde aclaró que los números corresponden a los que estaban asentados en el balance. “Esos números nosotros no discutimos porque están en el balance auditado que acompañamos con nuestra gente de contabilidad y con nuestra auditoría externa”, argumentó.
Finalmente, cuando fue consultado sobre el resultado obtenido y si se pudo haber conseguido más beneficios para el Paraguay, señaló que este fue el arreglo financiero de una empresa de la que somos dueños en un 50%. “Hoy la empresa está en ruinas y cualquier empresa que tenga mayor pasivo que su activo, que no pueda honrar sus deudas, es una empresa en quiebra. Entonces, el mayor beneficio de este acuerdo es para la EBY, y dentro de ese esquema, reconocemos que se pudo haber obtenido algo más favorable, pero se hizo lo que pudo”, admitió finalmente.