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A nombre de la empresa de Cartes se encuentran hoy alrededor de 50.000 hectáreas en el Chaco, de las cuales, unas 37.000 provienen de un título de propiedad tachado de nulo. El documento fue puesto sobre una extensa superficie del distrito de Filadelfia (Boquerón) y cayó sobre la finca que pertenece al menonita Horst Neufeld, mandante de la abogada.
En visita a nuestra redacción, Maune informó que luego de haber promovido un juicio de diligencias preparatorias, a fin de recabar los documentos para demostrar el origen ilegítimo de los documentos de Chajhá, inició este juicio de nulidad. Esto, paralelamente a otro proceso de reivindicación de títulos sobre el mismo inmueble, que se encuentra en la Corte Suprema de Justicia, Sala Civil, en apelación, pues la demandante perdió en las anteriores instancias.
La demanda de nulidad se da específicamente contra la finca 19928 del distrito Chaco, hoy matrícula Q05-38 de Filadelfia. Según los datos, antes se denominaba matrícula Q01-81 de Mariscal Estigarribia, padrón 147, que a su vez tiene origen en el padrón 208 de Villa Hayes, que fue cancelado en el año 2003 por corresponder a un área urbana de esa ciudad. Vale decir, el título se originó en la zona urbana de Villa Hayes y después apareció a más de 400 kilómetros, en Boquerón.
Al respecto, la abogada explicó que ese “título” fue creado en el Instituto de Reforma Agraria (IRA) –hoy Indert– a nombre de un tal Aurelio Fernández, de quien no quedó registrado siquiera el número de cédula. Eso fue en 1953 según el informe pericial que realizó el Estudio Notarial Peroni en el marco de este proceso fiscal. Después, la aparente producción se fue revendiendo sucesivamente hasta llegar al Grupo Cartes, que para perder la pista del origen, realizó reventas entre firmas que pertenecen al Presidente y la hermana de este (Cattle Trading Corporation, que transfirió a Consignataria de Ganado y esta a Chajhá).
Tierras del menonita
Por otro lado, de acuerdo con el expediente, Horst Neufeld es dueño de un inmueble identificado como Matrícula Q05-194 del distrito Filadelfia, anteriormente finca 4998 del Chaco, de 4683 Ha. Inmueble adquirido en 2005 de la señora Elizabeth Catarina Gob viuda de Meinecke, quien a su vez lo adquirió al fallecer su esposo en juicio sucesorio y este, lo había comprado en 1975, pero cuyo origen privado data de 1886, inclusive (ver cuadro). Pero cuando quiso tomar posesión en 2011, se encontró con la ocupación de Chajhá.
Según la denuncia de nulidad, en el título de Cartes aparece un colindante inexistente, Roberto Miguel Albano, quien no se halla en el Registro del Estado Civil; además, hubo en 1988 una demanda por falsificación sobre el origen del “título” en cuestión. Fue acusado Luis Egusquiza de haber realizado 63 falsificaciones, lo llegaron a sentenciar a la pena de prisión, pero esto quedó en “stand by” y finalmente la causa prescribió.
“La Corte Suprema de Justicia olvidó, sin embargo, la cuestión civil, que es la más importante, pues debía precautelar los derechos de terceros afectados por dichas falsificaciones, declaradas como tales, y luego ordenar la anulación o exclusión de los Registros Públicos. Pues la prescripción no valida el instrumento público falsificado”, señaló la abogada.
La consecuencia de ello es que, años más tarde, el Grupo Cartes compró el título tachado de nulo y ocupó tierras que pertenecen a terceros, añadió. “El modus operandi es simple. En virtud del poder económico que ostentaban, invadían propiedad privada, con acompañamiento fiscal y policial. Apresaban a peones y administradores o dueños y procedían a ingresar al inmueble con topadoras”, resaltó. Lamentó que en este caso, por tratarse del Presidente de la República, los Poderes del Estado, jueces, Tribunales e instituciones como Registro Público y Catastro “no tuvieron ni un ápice de respeto a la propiedad privada ni los derechos humanos de un honesto trabajador”. Ahora, la causa debe resolver la jueza en lo Civil, Tania Irún.
“Buena fe”
ABC intentó conversar ayer con los abogados de Cartes, Raúl Prono y Juan Pablo Palacios, pero ninguno respondió nuestras llamadas ni mensajes. De hecho, ellos no han accedido hasta el momento a una entrevista con este diario. No obstante, alegan en uno de sus escritos presentados en este juicio que el título se legitimó en las sucesivas transferencias y que fueron “compradores de buena fe”.