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El profesional afirmó que la norma establece requisitos que pueden ayudar a las empresas a organizar mejor su gestión en todos los aspectos que impactan o afectan a la calidad, entendida, aceptada y verificada por el cliente.
Expresó que los requisitos naturalmente parten de lo que se llama la ‘‘responsabilidad de la dirección’’, donde el cuerpo directivo de cualquier organización se compromete a satisfacer las necesidades de sus clientes, a trabajar para que estos se sientan conforme con lo que reciben.
‘‘A partir de allí, hay toda una serie de requisitos que deben ser cumplidos y tienen que ver con la gestión de los recursos (humanos y materiales), el modo de hacer el trabajo y también con el análisis de los resultados obtenidos. La idea sería cerrar ese circuito, de modo que la dirección luego tome la información de cómo están funcionando todas las actividades de la organización, y en función de ellas puede introducir las mejoras que considere necesario’’, dijo.
En cuanto al acceso de las empresas pequeñas y medianas, que generalmente son vistas en nuestro país como artesanales o con un número reducido de empleados, Victorelli explicó que lo pueden hacer, porque la norma es de muy sencilla aplicación.
‘‘Muchas veces vemos que los requisitos que están planteados en la norma no van más de lo que llamamos el sentido común. Si nosotros pretendemos, por ejemplo, satisfacer a nuestros clientes, va a ser muy importante que primero analicemos, averigüemos, confirmemos lo que estos quieren. Después tenemos que verificar que estamos en condiciones de suministrarlo, y esto es uno de los primeros pasos que hay que dar’’, destacó.
Expresó asimismo que la misma norma es aplicable a organizaciones de miles de empleados, pero también a pequeñas de uno a tres integrantes. Sobre el punto, comentó que hace tan solo dos meses en la argentina un médico certificó su sistema de gestión de calidad, según la Norma 9001.
GARANTIA
Preguntado qué garantiza a las personas o a las empresas el acceso al sistema, el experto argentino dijo que el hecho que se esté comprando productos o contratando servicios suministrados por una empresa que tiene certificación ISO 9001 da la certeza de que el consumidor o al usuario que no se va a llevar ninguna sorpresa desagradable, sino que va a recibir realmente lo que su proveedor se comprometió entregarle.
En cuanto a la utilidad de la certificación para las empresa exportadoras, Victorelli explicó que para aquellas empresas que están proyectando exportar, la conveniencia de la aplicación de la Norma pasa por el hecho de que esta posee un mecanismo que establece cuáles son los requisitos (legales y/o reglamentarios) en los lugares a donde va a llegar el producto.
‘‘Entonces, el hecho de conocer estos requisitos seguramente le va a permitir a la empresa asegurarse de que está en condiciones de suministrar los productos antes de embarcarse en un negocio que después no sabe cómo terminará’’, subrayó.
¿EN QUÉ CONSISTE?
La Organización Internacional de Estandarización (ISO, sigla en inglés) es la entidad internacional encargada de favorecer la normalización de la producción de bienes y servicios en el mundo, con sede central está en Ginebra, Suiza.
En ese contexto, la norma es un modelo, un patrón, ejemplo o criterio a seguir. Una norma es una fórmula que tiene valor de regla, con la finalidad de definir las características que debe poseer un objeto y los productos que han de tener una compatibilidad para ser usados a nivel internacional.
Por ejemplo, el problema que ocasiona a muchos usuarios los distintos modelos de enchufes que existen a escala internacional para poder acoplar pequeñas máquinas de uso personal como secadores de cabello, máquinas de afeitar, etc. cuando se viaja. La incompatibilidad repercute en muchos campos. Por esa razón, la normalización de los productos es importante.
Entre las finalidades principales de las normas ISO están orientar, coordinar, simplificar y unificar los usos para conseguir menores costos y efectividad.
Expresó que los requisitos naturalmente parten de lo que se llama la ‘‘responsabilidad de la dirección’’, donde el cuerpo directivo de cualquier organización se compromete a satisfacer las necesidades de sus clientes, a trabajar para que estos se sientan conforme con lo que reciben.
‘‘A partir de allí, hay toda una serie de requisitos que deben ser cumplidos y tienen que ver con la gestión de los recursos (humanos y materiales), el modo de hacer el trabajo y también con el análisis de los resultados obtenidos. La idea sería cerrar ese circuito, de modo que la dirección luego tome la información de cómo están funcionando todas las actividades de la organización, y en función de ellas puede introducir las mejoras que considere necesario’’, dijo.
En cuanto al acceso de las empresas pequeñas y medianas, que generalmente son vistas en nuestro país como artesanales o con un número reducido de empleados, Victorelli explicó que lo pueden hacer, porque la norma es de muy sencilla aplicación.
‘‘Muchas veces vemos que los requisitos que están planteados en la norma no van más de lo que llamamos el sentido común. Si nosotros pretendemos, por ejemplo, satisfacer a nuestros clientes, va a ser muy importante que primero analicemos, averigüemos, confirmemos lo que estos quieren. Después tenemos que verificar que estamos en condiciones de suministrarlo, y esto es uno de los primeros pasos que hay que dar’’, destacó.
Expresó asimismo que la misma norma es aplicable a organizaciones de miles de empleados, pero también a pequeñas de uno a tres integrantes. Sobre el punto, comentó que hace tan solo dos meses en la argentina un médico certificó su sistema de gestión de calidad, según la Norma 9001.
GARANTIA
Preguntado qué garantiza a las personas o a las empresas el acceso al sistema, el experto argentino dijo que el hecho que se esté comprando productos o contratando servicios suministrados por una empresa que tiene certificación ISO 9001 da la certeza de que el consumidor o al usuario que no se va a llevar ninguna sorpresa desagradable, sino que va a recibir realmente lo que su proveedor se comprometió entregarle.
En cuanto a la utilidad de la certificación para las empresa exportadoras, Victorelli explicó que para aquellas empresas que están proyectando exportar, la conveniencia de la aplicación de la Norma pasa por el hecho de que esta posee un mecanismo que establece cuáles son los requisitos (legales y/o reglamentarios) en los lugares a donde va a llegar el producto.
‘‘Entonces, el hecho de conocer estos requisitos seguramente le va a permitir a la empresa asegurarse de que está en condiciones de suministrar los productos antes de embarcarse en un negocio que después no sabe cómo terminará’’, subrayó.
¿EN QUÉ CONSISTE?
La Organización Internacional de Estandarización (ISO, sigla en inglés) es la entidad internacional encargada de favorecer la normalización de la producción de bienes y servicios en el mundo, con sede central está en Ginebra, Suiza.
En ese contexto, la norma es un modelo, un patrón, ejemplo o criterio a seguir. Una norma es una fórmula que tiene valor de regla, con la finalidad de definir las características que debe poseer un objeto y los productos que han de tener una compatibilidad para ser usados a nivel internacional.
Por ejemplo, el problema que ocasiona a muchos usuarios los distintos modelos de enchufes que existen a escala internacional para poder acoplar pequeñas máquinas de uso personal como secadores de cabello, máquinas de afeitar, etc. cuando se viaja. La incompatibilidad repercute en muchos campos. Por esa razón, la normalización de los productos es importante.
Entre las finalidades principales de las normas ISO están orientar, coordinar, simplificar y unificar los usos para conseguir menores costos y efectividad.