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En la zona de la embocadura no hay una sola máquina trabajando en la recuperación del río.
Un silencio absoluto, en medio de un paisaje que abruma por la inmensidad del arenal.
Para colmo de males, la boca del canal paraguayo se encuentra en territorio argentino y el ingreso de maquinaria debe contar con anuencia de Buenos Aires.
Estamos prácticamente a mediados de noviembre y en menos de un mes comienza la temporada de lluvias en la región. La maquinaria vial no puede trabajar en estas condiciones y el resultado es que nuevamente se perderá el año.
Los trabajos en el Pilcomayo tienen que comenzar en abril-mayo a más tardar, no cuando faltan menos de un mes para que comience a llover; con las lluvias vienen los repuntes de nivel.
Resulta inadmisible que dos ministerios sean incapaces de prever fondos y recursos necesarios para trabajar en la zona del Pilcomayo; Obras Públicas y Hacienda son responsables de la sequía que azota al Chaco.
Se tiene un frente de 400 kilómetros de trabajo, imposible hacer algo ahora para suplir la falta de agua.