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El último fin de semana, el Laboratorio Lauda publicó un espacio reservado en los diarios de circulación nacional para exponer una serie de cuestionamientos hacia el proceder del Senacsa, que decidió recientemente rechazar tres series de vacunas, que son aproximadamente 6 millones de dosis, por supuesta mala calidad.
Sin embargo, la industria local hace referencia a los puntos débiles de la institución de control y la acusa de haber violado leyes y decretos que rigen en el sector, además de artículos sobre principios, derechos y garantías previstos en la Constitución Nacional.
“Lo que atacamos es la falta de transparencia en los controles. Senacsa no deja que el laboratorio tenga acceso a cómo se está manejando su producto. Mediante una acción de amparo, hemos descubierto que el análisis de nuestro producto tuvo dos resultados, lo cual no puede ocurrir, solo debe haber un resultado. Esto demuestra que el trabajo no se ha hecho con el rigor científico requerido”, afirmó ayer el Dr. Alarcón en conversación con ABC.
Según lo explicado, la edad de los bovinos utilizados por Senacsa en la prueba del producto de Lauda no se ajusta a lo expuesto en el Decreto Reglamentario 4320/2010, Art. 45, que hace referencia a 18 meses como mínimo y un máximo de 24 meses. Asimismo, con los cambios en el proceso de control de vacunas, tampoco se conoce la condición inmunológica (screening) de los bovinos receptores de dichas vacunas, condición indispensable para todos los controles de calidad.
“Es lógico que, al no cumplir con los requisitos mínimos, se tergiversen los resultados de los productos. Con esto, han puesto en jaque 60 años de historia de una industria paraguaya, que desde hace 43 años produce vacunas en el país”, agregó el titular de Lauda.
Trasfondo económico
A su criterio, el trasfondo del rechazo de las vacunas no es sanitario ni técnico, sino económico. Explicó que el 70% del mercado está cubierto con productos de la industria local, por lo que, al sacarla de carrera, se deja la cancha libre para que el producto importado inunde nuestro país, con la fuga de divisas que eso implica, la pérdida de mano de obra local y un perjuicio socioeconómico invaluable.
Otro punto cuestionado por Lauda es el hermetismo con que Senacsa maneja ahora los controles de las vacunas, violando lo dispuesto en el Art. 57 del Decreto 4320/10, que expresa: “Los interesados podrán solicitar su participación en las pruebas oficiales de control de vacuna antiaftosa en todas sus etapas”.
“Brasil es el mayor productor de carne en el mundo y de vacunas antiaftosa y se maneja con absoluta transparencia. Acá en cambio, no podemos conseguir un dato porque todo está prohibido. Se trabaja a ciegas”, resaltó.
Nuevo control
La industria local insta a Senacsa a dejar los secretos y trabajar con transparencia. Así también, busca que se realice una nueva evaluación de las vacunas en cuestión, pero que esta vez la institución se apegue a los requisitos exigidos en las leyes y reglamentaciones que rigen la materia.