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En diciembre último, cuando la cotización del petróleo empezaba a caer sistemáticamente, en Petropar planeaban la forma de llenarse los bolsillos a costa del beneficio que debió de haber llegado a la gente. Así a mediados del mismo mes, la totalidad de los funcionarios recibió tres asignaciones correspondientes al sueldo de diciembre, el aguinaldo normal y el denominado “premio”, que es un sobresueldo estipulado en el contrato colectivo de trabajo, que “en virtud a la eficiencia administrativa” se le concede un “plus” a los funcionarios.
Utilizando el “argumento” de una mayor rentabilidad de la petrolera estatal, por la caída del petróleo, se autoasignaron el millonario sobresueldo.
La distribución de este “premio” se realizó en forma totalmente discrecional, ya que los privilegiados de la actual administración de Rómulo Alfredo Campos Krauer percibieron en concepto del “plus”, el 100% de lo equivalente al salario íntegro, y el resto de los funcionarios, que son cerca de 1.000, obtuvieron entre 40% y 50% de lo correspondiente a su salario. Incluso, el 16 de diciembre pasado, el consejo intersindical de Petropar remitió una nota al titular del ente, solicitando “una reconsideración” para el caso de sus compañeros que no han percibido el cobro íntegro de “la gratificación extraordinaria”. Dicha nota fue firmada por Héctor Fleitas, secretario de conflictos por Sitrappar, y Mauricio Galeano, secretario general de Sintrapp.
Despilfarro
Este derroche se dio en un momento crítico para nuestro país a nivel social, en que muchas familias sufrían por las inundaciones a nivel nacional, para lo que nuestro país solicitó incluso ayuda internacional.
Al respecto, el presidente de la petrolera, Campos Krauer, percibió el ciento por ciento de su sueldo (G. 36.013.999), en concepto del “premio”, lo que sumado a su salario de diciembre y el aguinaldo normal, percibió un total de G. 108.041.997.
Otra de las beneficiadas con el ciento por ciento del sobresueldo fue la gerente general, Catherine Vargas, que igualmente recibió las tres asignaciones de su sueldo de G. 25.838.759, percibiendo un total de G. 77.516.277.
A su vez, el director jurídico de la entidad, Sebastián Irún C., recibió también tres salarios en diciembre, con un ingreso total de G. 60.624.489, en tanto que el asesor del presidente de la petrolera estatal, Daniel A. Rossi Udrízar, tuvo el privilegio de recibir tres sueldos, consistente en G. 54.000.000. Los más beneficiados con esta distribución son los integrantes del primer anillo del titular de la petrolera estatal, la mayoría sus excompañeros de trabajo en la Shell.
Disimulados aumentos salariales
En la estatal, durante el 2015, venían también autoaumentándose el salario, en forma disimulada, borrando por ejemplo las planillas de meses anteriores en la web, para intentar burlar el control de la gente y la Ley 5189/14, que obliga a la provisión de información en el uso de los recursos públicos sobre remuneración asignada al servidor público.
Con relación a este aumento salarial, el presidente de la entidad, Campos Krauer, incrementó su salario de G. 34.713.999 a G. 36.013.999, así como lo hizo también Daniel Rossi Udrízar, que de percibir G. 15.000.000 saltó a G. 18.000.000, sin contar ni siquiera con antigüedad, entre varios otros del “círculo”.
GROSERO E INMORAL
Este despilfarro del dinero público, ocurrido en Petropar a mediados de diciembre, no solo es grosero sino inmoral. Percibieron tres asignaciones millonarias en un solo mes, que en el caso del presidente del ente, Rómulo Campos, ascendió a G. 108.041.997, y su gerente general, Catherine Vargas, alrededor de G. 77.516.277, o el director jurídico, Sebastián Irún, G. 60.624.489. Encima, hicieron “vito” con el dinero público, en uno de los momentos más críticos para el país, en el que la ciudadanía intentaba colaborar de alguna forma, colectando donaciones para ayudar a los damnificados. En tanto, en Petropar, se demostraba cómo funciona un ente estatal históricamente corrupto y prebendario.
nsanchez@abc.com.py