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El informe menciona pagos con facturas falsas, como en el caso de la empresa M.G.O.S., contratada a dedo por G. 224.720.000, para realizar trabajos de urgencia en la planta de tratamiento de agua de Pilar.
El propietario de la firma, Edgar González Martínez, sin embargo negó haber realizado trabajo alguno para la Essap, pero los funcionarios de la estatal aseguraron que los trabajos fueron ejecutados.
No descartan dentro de la aguatera la existencia de más facturas falsas, por lo que consideran importante que la Contraloría disponga una auditoría integral a todos los gastos, específicamente para la contratación de compra de bienes y servicios.
Solamente la oficina de Auditoría General del Poder Ejecutivo hasta ahora reaccionó a las anomalías denunciadas por dirigentes sindicales. A principios de diciembre último dispuso un análisis especial a las compras del ente, así como los gastos realizados con fondos fijos y fondos a rendir.
Además de la factura falsa, la auditoría también detectó serias anomalías en el retiro de combustibles. Refiere que muchos funcionarios, principalmente gerentes y jefes de departamentos, retiraron más litros de combustible de lo que se había dispuesto para ellos. Cada alto funcionario tiene un cupo de G. 2.000.000 al mes para abastecerse de diésel o nafta, pero retiraban desde G. 200.000 hasta 527.000 más por encima de lo dispuesto.
Asimismo, existen tarjetas asignadas a móviles que estaban sin movimiento, que igual registraban retiro de combustibles.
Menciona además que los funcionarios retiraban combustibles distintos a los asignados para el móvil. Por ejemplo, con la tarjeta habilitada para un camión a diésel ser retiraba nafta. Otra irregularidad detectada es el retiro de combustible en cantidad superior a la capacidad del tanque.