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Actualmente, el tope de morosidad se establecía de acuerdo a una escala rígida, dictada por el Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) para cada periodo. Ahora se establecerá de acuerdo con el promedio del mercado, como lo tienen otros sistemas regulatorios en la región, acotó Pedro Loblein, titular interino de la institución reguladora.
Esto quiere decir que si el promedio del mercado es del 6%, la tolerancia será de dos puntos más, quedando finalmente en 8%. Estos parámetros son necesarios para el sector a fin de establecer los criterios de categorización del socio, así como para establecer las previsiones correspondientes, detalló el directivo del Incoop.
El nuevo marco regulador exigirá actualizaciones más constantes sobre los movimientos financieros de las cooperativas y sus socios, especialmente las de tipo A, donde están agrupadas las cooperativas con mayor capital. Estas entidades tendrán plazo de 35 días al cierre mensual de sus actividades para reportar al Incoop sus operaciones en el sistema de “alerta temprana”, lo que permitirá a la entidad reguladora tomar medidas a tiempo, de igual manera en los demás niveles (B y C).