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La disposición del Banco Central de ampliar el tamaño de letras en los contratos financieros no se ajusta a la necesidad del cliente, según Juan Vera, titular de la Asociación de Usuarios y Consumidores del Paraguay.
Según Vera, para que los clientes dejen de ser estafados por contratos leoninos (que benefician solo a una de las partes), estos deben cambiar en el fondo y no precisamente en la forma, y que la medida del BCP representa más bien un marketing para los empresarios, antes que defender a los usuarios.
Por su parte, técnicos de la superintendencia de bancos (SIB) explicaron que la ampliación de las letras se realizó en una primera etapa y que luego se implementarán otras medidas que resguarden la transparencia de las operaciones financieras.
Agregaron que no es competencia del Banco Central normar el contenido de los contratos, ya que forma parte de un común acuerdo entre la entidad y el cliente. Sin embargo, sostienen que la institución verifica el contenido de los mismos, realizando modificaciones y recomendaciones sobre puntos que no se ajustan a las legislaciones vigentes, tanto de la Ley 861/96 de bancos y financieras o la Ley 1334 de defensa del consumidor.
Desde el 1 de octubre está vigente una disposición de la SIB que reglamenta los nuevos formatos de contratos financieros. De este modo, los contratos de tarjetas de crédito y contratos únicos de servicios bancarios, así como cualquier otro documento que conlleve derechos y obligaciones entre clientes e intermediarios financieros, deben ser redactados con caracteres legibles, en tamaño no menor a 2,5 mm, de buen contraste entre la letra y el soporte, con espacios entre los caracteres y líneas que permitan legibilidad.
El BCP decidió prohibir la utilización de las letras pequeñas en los contratos de servicios prestados por bancos y financieras a sus clientes, a fin de evitar que estos sean víctimas de contratos leoninos y que sean estafados en su buena fe.
Según Vera, para que los clientes dejen de ser estafados por contratos leoninos (que benefician solo a una de las partes), estos deben cambiar en el fondo y no precisamente en la forma, y que la medida del BCP representa más bien un marketing para los empresarios, antes que defender a los usuarios.
Por su parte, técnicos de la superintendencia de bancos (SIB) explicaron que la ampliación de las letras se realizó en una primera etapa y que luego se implementarán otras medidas que resguarden la transparencia de las operaciones financieras.
Agregaron que no es competencia del Banco Central normar el contenido de los contratos, ya que forma parte de un común acuerdo entre la entidad y el cliente. Sin embargo, sostienen que la institución verifica el contenido de los mismos, realizando modificaciones y recomendaciones sobre puntos que no se ajustan a las legislaciones vigentes, tanto de la Ley 861/96 de bancos y financieras o la Ley 1334 de defensa del consumidor.
Desde el 1 de octubre está vigente una disposición de la SIB que reglamenta los nuevos formatos de contratos financieros. De este modo, los contratos de tarjetas de crédito y contratos únicos de servicios bancarios, así como cualquier otro documento que conlleve derechos y obligaciones entre clientes e intermediarios financieros, deben ser redactados con caracteres legibles, en tamaño no menor a 2,5 mm, de buen contraste entre la letra y el soporte, con espacios entre los caracteres y líneas que permitan legibilidad.
El BCP decidió prohibir la utilización de las letras pequeñas en los contratos de servicios prestados por bancos y financieras a sus clientes, a fin de evitar que estos sean víctimas de contratos leoninos y que sean estafados en su buena fe.