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Este funcionario destacó los “beneficios significativos” que la implementación de las tecnologías transgénicas en las cosechas tendrían para granjeros, consumidores y el medioambiente, en un discurso que sobre este tema pronunció en un centro de investigación de la localidad inglesa de Harpenden.
En su intervención, el político conservador hizo un llamamiento a los ciudadanos sobre las ventajas financieras, científicas y morales del empleo de esos métodos.
“Creo que es hora de empezar un debate sobre el potencial de los cultivos genéticamente modificados (...), que tenga en cuenta los riegos y los beneficios”, afirmó.
Según dijo, los últimos estudios europeos no han hallado conexión entre los cultivos transgénicos y un mayor riesgo para el medioambiente o para la seguridad de los ciudadanos.
En cambio –puntualizó–, “el uso de tecnología más precisa y un mayor escrutinio regulatorio probablemente hace a esos cultivos genéticamente modificados más seguros que las plantas y los alimentos convencionales”.
En el Reino Unido se permite la importación y venta de ciertos alimentos modificados, aunque la mayoría de las grandes cadenas de supermercados evitan incluirlos en los productos de su propia marca debido a las dudas que despiertan entre los consumidores.
Paterson siempre se ha mostrado partidario de recurrir a los cultivos transgénicos, al igual que el primer ministro británico, David Cameron, quien el pasado 14 de junio defendió la necesidad de estar “abiertos a los argumentos de la ciencia”.
Por su parte, el ministro de Medioambiente consideró ayer que el Gobierno, junto con la comunidad científica y la industria, “tiene la obligación hacia el ciudadano de garantizar que los cultivos modificados genéticamente son seguros”.