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Cuando Evelio López y Guillermo Fanego eran directores de Essap, hasta principios de este año, la afectada ofició de asesora.
En épocas anteriores cumplió tareas en diferentes departamentos de la institución, comentó.
Al ser defenestrados López y Fanego, Migueles dijo que entregó a los nuevos directores y al titular del ente Osmar Sarubbi un memorando con la lista de tareas que venía haciendo, pero no le tuvieron en cuenta y la removieron. El problema es que no le asignaron ninguna tarea, se lamentó.
Lo peor, según la afectada, es que la dejaron sin su oficina, al regresar de sus vacaciones.
Cuando otros funcionarios de la empresa vinieron a ocupar su oficina, perdió hasta las joyas que había dejado en los cajones de su escritorio.
“Un día me sentí mal. Me saqué todas mis joyas y puse en el cajón, para irme a un centro médico. Cuando volví encontré la puerta con las cerraduras cambiadas. Nadie se responsabilizó de mis objetos perdidos”, explicó Migueles.
Cuando le preguntamos si cumplía su horario diariamente respondió que sí, pero trataba de pasar lo menos desapercibida posible, porque las autoridades se negaban a recibirla.