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Al respecto, el titular de Industria y Comercio, Gustavo Leite, manifestó que el contrabando “está matando” a la industria nacional. “Este Gobierno está comprometido con que el contrabando se acabe o, por lo menos, que esté herido de muerte. Es un proceso inteligente por el cual los ingenios, motu proprio, se acercan al ministerio y se ofrecen a colaborar con la transparencia en la comercialización del azúcar”, expresó.
Añadió que se elaboró un sistema conjunto por el cual el ingenio va a informar al MIC de quién compra la caña de azúcar, cuánto produjo y exportó, y con esos datos el ministerio podrá “cerrar el círculo” y posibilitar que en el mercado nacional el producto tenga una trazabilidad. Según el Comité de Seguridad Alimentaria, se entiende trazabilidad como el conjunto de procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto, o lote de productos, a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado, a través de unas herramientas determinadas.
Contraste
Al señalársele que los productos de contrabando precisamente carecen de “trazabilidad”, Leite explicó que el control se realizará a través de un sistema informático, con lo que se sabrá lo que tal o cual ingenio produjo y se podrá determinar si una carga de dudoso origen es o no de contrabando. “Aparte, el INTN puede intervenir, ya que al tener una muestra mensual de la producción de cada ingenio, podrá contrastar contra la bolsa que supuestamente ingresó de contrabando. Si el azúcar no está registrado, evidentemente habrá entrado de contrabando”, advirtió.
Liete añadió que esta es “una pata más” de la guerra contra esta ilegalidad, con lo cual quizás no se gane toda la guerra, pero de alguna manera se arrinconará aún más a los contrabandistas. “Estamos empezando, calentando los motores recién. Hay hermanos paraguayos que necesitan vender su caña de azúcar, y el contrabando nos está jugando una mala pasada”, destacó.
Preguntado si tienen previstos controles en los supermercados y otros centros de comercialización, como los mercados de abasto, el secretario de Estado explicó: “Hasta ahora hemos estado trabajando en la intervención de depósitos, sobre la base de informes de inteligencia, y luego vamos a empezar a trabajar los puntos de ventas. Al tener este nuevo sistema, nadie podrá contrastar realmente su producto, si es cierto que compró de tal o cual ingenio, porque nuestro país es muy informal, y debemos ser sinceros: nosotros queremos formalidad, porque sabemos que se venden y compran facturas en el mercado”, afirmó.
Acotó que se puede individualizar el producto, saber científicamente el origen, con lo cual se sabrá la verdad. “Esto es la mitad de la guerra, es apenas un adelanto”, resaltó el ministro tras la presentación.