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La telenovela del superviaducto está llegando a su fin, o al menos eso es lo que se espera, después de que el ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona, y el intendente de Asunción, Mario Ferreiro, instalaran ayer una mesa de trabajo que apunta a disminuir las molestias a los automovilistas durante el tiempo que duren los trabajos en el cruce de Aviadores del Chaco y Madame Lynch, que se espera terminen en diciembre.
Aunque se los veía muy incómodos, los titulares de ambas instituciones anunciaron en rueda de prensa que habrá cobertura permanente de agentes de la Policía Municipal de Tránsito y de la Patrulla Caminera.
De hecho, para ayer, primer día hábil con la intersección parcialmente cerrada, se vaticinaba un caos peor que el del fin de semana, pero no fue así, porque esta vez la Municipalidad de Asunción cubrió la zona con agentes de tránsito. En total fueron destinados 27 agentes al operativo, y algunos de ellos estuvieron también en la zona de los túneles del Botánico, según el director de Tránsito de la Comuna, Carlos Aquino.
El funcionario dijo que la congestión se evitó también debido a que el tráfico es menor por el inicio de la Semana Santa. Donde sí hubo embotellamiento fue en la zona de Primer Presidente, hacia el Botánico, a causa de que muchos conductores optaron por salir de Luque por la autopista Ñu Guasu.
Respecto a los caminos alternativos, el MOPC se ratificó en que están casi todos terminados.
En horario de oficina
El ministro de Obras Públicas reiteró que los trabajos se realizarán continuamente, las 24 horas del día. Sin embargo, lo cierto es que ayer no hubo un solo movimiento de obreros o máquinas de Corsan-Corviam antes de las 8:00 de la mañana.
Detalles de la obra en ejecución
La construcción del viaducto, el paso a desnivel y la rotonda fue adjudicada a la contratista española Corsan-Corviam por casi G. 125.000 millones.
En teoría, la obra debe estar terminada para diciembre de este año, puesto que el plazo contractual es de solo 12 meses, que comenzaron a correr hace tres meses.
El superviaducto, una vez terminado, debe poner fin a los embotellamientos en la zona.