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Refirió al respecto que estos techos realizados como producto del reciclaje son aún más resistentes, ya que el granizo no le afecta y refracta mucho más el calor por el aluminio, lo cual permite mayor frescura. Es decir, dijo, posee mayores propiedades que el “eternit” de cemento, acotó.
A renglón seguido insistió que una infinidad de productos se puede producir con este tipo de placas, y la resistencia solo dependerá del grosor del mismo. “Se pueden fabricar desde pisos, techos, escaleras, cerramiento de paredes, muebles en general, artículos de oficina, entre otros”, sostuvo.
Consultado sobre el proceso del reciclaje, respondió que para transformar el envase tetra brik se debe separar su lámina del aluminio, de la que se obtiene la materia prima denominada flex de polioaluminio, material que se inyecta como el plástico molde, del cual pueden obtenerse la infinidad de artículos citada. “Todo lo que anteriormente era plástico se puede hacer de polioaluminio”, añadió. Un envase tetra brik está integrado por 75% de cartón, 20% de polietileno y 5% de aluminio.
Concluyó que el objetivo del proyecto es que el consumidor final también se vaya integrando a la “ruta del reciclado”. “Chortitzer ya está enviando sus envases posindustriales (con defectos de impresión) a “FYF”, que los está colectando”, citó finalmente.