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Las desprolijas tareas en la ampliación de la Ruta 3 “General Aquino”, trayecto Mariano Roque Alonso-Limpio, antes que traer múltiples beneficios, como se anunció desde el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), está afectando a los comercios instalados en la zona.
La escasa señalización y la falta de iluminación –que en principio se preveía pero que se dejó de lado por el camino– incluso convierten actualmente al tramo en una trampa mortal para los peatones.
El Consorcio D-R, integrado por CDD Construcciones y Benito Roggio SA y representado por César Daniel Delgado, tiene a su cargo las tareas, por más de G. 219.566 millones. La firma disminuyó considerablemente los trabajos en las últimas dos semanas y en gran parte del trayecto principal y la futura circunvalación de la ciudad de Limpio no hay movimiento de maquinarias. Recién desde este fin de semana retomaron trabajos.
El encargado de una estación de servicio de Limpio ubicada sobre la ruta “habilitada”, Roberto Martínez, expresó que la obra trae algunos beneficios, pero señaló que la falta de terminación adecuada afecta la actividad comercial.
Indicó que la empresa tuvo que realizar obras de relleno de terraplén por su cuenta para volver a habilitar la entrada y salida para el servicentro, porque los trabajos de asfaltado no llegaron hasta ese sector. Dijo que así como quedó la ampliación, los beneficios son muy escasos.
Peatones en peligro
“No sabemos si los trabajos ya se quedaron ahí. Lastimosamente así como está ahora es un peligro para los peatones que deben esperar hasta 30 minutos para cruzar de un extremo a otro”, expresó un vecino limpeño, Gustavo Gómez. Indicó que la obra era una gran esperanza para la comunidad. Sin embargo, los malos cálculos traen más perjuicios.
“Acá al terminar el asfaltado en Limpio se construyó tipo un embudo, que en horas pico crea nuevamente una larga fila de vehículos”, dijo. Añadió que la obra incluso debía extenderse 200 metros más hacia el centro urbano limpeño, pero no se sabe si continuará.
El gran problema
La gerente general de Abasto Norte, Blanca Aveiro, expresó que la ampliación de la Ruta 3 mejoró considerablemente la circulación de vehículos e incluso es más rápida la llegada al establecimiento. Sin embargo, la falta de señalización e iluminación es un problema principalmente para los proveedores que llegan en horas de la madrugada.
Por otro lado, indicó que tampoco existe orden debido a que en la rotonda habilitada frente al Abasto Norte se instalaron los denominados taxis fletes. Los vehículos estacionan en las calzadas, lo que dificulta el tránsito. “Presentamos notas al MOPC y la Municipalidad, pero no tenemos respuesta”, agregó.
Donaron su inmueble y les dejaron sin salida
El Centro de Espiritualidad Santos Mártires, ubicado en Limpio, también fue uno de los más afectados por la ampliación de la Ruta 3. El padre Carlos Santacruz relató que el sitio se quedó prácticamente encajonado. Expresó que no tienen entrada ni salida hacia el nuevo asfalto y que el centro había entregado en forma gratuita parte de su inmueble para la construcción del desagüe pluvial, con la promesa de tener un paso peatonal para el sitio. Sin embargo, no se cumplió hasta ahora. “Hemos quedado sin salida”, puntualizó.
juan.jara@abc.com.py