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Despertando del letargo…
Es maravilloso ver y sentir cómo Paraguay se está despertando a la conciencia social! Solo los seres humanos poseemos la capacidad de reflejar la realidad en forma de sensaciones, percepciones y pensamientos. Es así como en los últimos días, la ciudadanía, cansada de tantos abusos por parte de las autoridades decidió escracharlos como medida legítima ante la inacción de los empoderados.
Escrache, sinónimo de rabieta, estar furioso, estar indignado, parece ser el arma con la cual combatiremos de hoy en adelante ante los odiosos abusos de poder y otras irregularidades de las cuales ya estamos muy cansados.
Pero ya que estamos situando a la conciencia moral en un lugar de privilegio, ¿no sería bueno observar otros aspectos que también nos cansan y nos corroen como sociedad? :
a. Los inadaptados del tránsito, cientos de paraguayos y paraguayas que conducen con tanta prepotencia y hacen de la vialidad el ambiente más inseguro de nuestro día a día.
b. Los funcionarios públicos, que manifiestan públicamente su disconformidad con las actividades que realizan y acometen en contra de los usuarios de servicios.
Y la lista puede seguir. Pero, qué bueno que nos estemos despertando y de esa manera podamos corregir tantos desórdenes que cometemos a diario quienes hoy somos jueces escrachadores. Despertar y poder valernos de algo tan precioso como es la voluntad popular para vivir como todos los paraguayos de bien nos merecemos.
Isabel Ortiz Bernal
Soberbia
¡Es de no creer la soberbia de nuestros congresistas! Víctor Bogado a la cabeza, agradeciendo en Twitter –cuenta que luego borró por no soportar el reclamo ciudadano– las expresiones de apoyo y llenándose la boca nombrando a Dios. La Fonseca, con pinta de cabaretera, demostrando que las críticas no le importan.
Y el diputado Bernardo Villalba que amenaza sin pudor, públicamente, a los sanatorios que dijeron que SÍ van a atender a los parlamentarios, pero solo por humanidad. Por eso celebro la manifestación de los ciudadanos, que no dudan en salir a las calles en auto, bicicleta o a pie, para gritar su rabia contra este descaro. Este señor, además de prepotente, es bastante ignorante, porque habló de “xenofobia” hacia los congresistas, siendo que estos no son discriminados por ser extranjeros, que no lo son, sino por ser corruptos y cómplices de la corrupción.
Sara Arce
Liberales eran los de antes
Por poner un solo caso de los muchos que habría que citar, veo que la diputada liberal Nimia Caríssimo, ¡que ingresó recién en este periodo legislativo que comenzó en el pasado mes de julio!, ya colocó a sus cuatro hijos en funciones públicas, en las que algunos de ellos no cumplen ninguna tarea, pero que les permite llenar sus bolsillos con varios millones de guaraníes mensualmente.
Numerosos son los liberales que, aun habiendo ejercido cargos en el Gobierno, no se enriquecieron indebidamente: José Patricio Guggiari, quien, siendo Presidente cuando la matanza de estudiantes, en los jardines de Palacio de López, pidió su propio juicio político, y fue eximido por el Congreso de la República. Anécdota: un administrador de una estancia, de la Compañía “Paraguayan Land and Cattle Company (“Lancate”) de apellido Davey, cruzaba el río Paraguay, frente a Concepción, donde en el hotel Francés, pedía un bife a caballo a la “José P.”, que venía con tres huevos.
Otro Presidente liberal que se distinguió fue el Dr. Eusebio Ayala, que vino a estudiar a Asunción, desde su pueblo, Barrero Grande, a pie y descalzo, con los zapatos colgados al cuello por sus cordones, a fin de evitar gastarlos. El Dr. Ayala, hijo natural de un señor de apellido Bordenave, fue Presidente de la República durante la Guerra del Chaco, y con frecuencia visitaba al Comandante del Ejército, José Félix Estigarribia, en el frente de combate. Al terminar la Guerra, fue derrocado por otro jefe militar, el coronel Rafael Franco, cuyos seguidores formaron un partido político: el Partido Febrerista (“Fe en Franco y Febrero) hoy pretende ubicar sus restos en el Panteón de los Héroes y Oratorio de la Virgen de la Asunción. Si así fuera, habría que ampliar el oratorio a fin de ubicar a todos los otros oficiales y soldados que lucharon en la Guerra del Chaco.
Pero hoy quiero centrar mi pensamiento en otro gran liberal: Justo Pastor Benítez, abogado, escritor, docente, víctima del tirano Alfredo Stroessner, quien fue Presidente de la República desde agosto de 1954 hasta que fue derrocado por su propio consuegro, el general Andrés Rodríguez.
Justo Pastor Benítez tuvo su tiempo de confinación en la cárcel militar de Peña Hermosa, si no me equivoco, donde los internos fueron constantemente maltratados.
Justo Pastor Benítez nunca buscó la riqueza, muriendo en Brasil prácticamente en la indigencia, hoy debería ser tratado como Honorable, título que muchos miembros del actual Poder Legislativo pretenden que se los trate, algunos de los cuales han conseguido beneficiar a sus allegados con jugosos, pero inmerecidos salarios y jubilaciones
Peter Francis Burt Candia